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Conoci La Ciencia Cristiana...

Del número de junio de 1995 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Conoci La Ciencia Cristiana hace muchos años, a través de un joven. A medida que nos íbamos conociendo más y me iba interiorizando de las enseñanzas de la religión, descubrí que ésta me atraía, a la vez que respondía a muchas de mis preguntas. Con el tiempo, nos casamos y nos hicimos miembros de La Iglesia Madre y de una iglesia filial. Nuestra hija creció asistiendo a la Escuela Dominical y continúa siendo una estudiante de la Ciencia Cristiana.

La práctica de la Ciencia Cristiana ha sido de gran ayuda para nuestra familia y hemos tenido muchas pruebas del cuidado de Dios. La que relato a continuación es una curación que me dio mucha alegría. Durante algún tiempo había estado sintiendo molestias, tanto al caminar como al sentarme. Sentía que algunos de mis órganos internos estaban fuera de lugar.

Me puse a orar para sanarme, y logré mucha inspiración a través de mi propio estudio y también de la ayuda de una practicista. El siguiente pasaje en especial me hizo comprender la base espiritual de mi existencia: "La Vida es Espíritu inorgánico e infinito; si la Vida, o el Espíritu, fueran orgánicos, la desorganización destruiría el Espíritu y aniquilaría al hombre.

"Si la Mente no es sustancia, forma y tangibilidad, Dios carece de sustancia; pues la sustancia del Espíritu es la Mente divina. La Vida es Dios, el único creador, y la Vida es la Mente inmortal, no es materia" (Escritos Misceláneos, escrito por la Sra. Eddy, pág. 56).

Sin embargo, en esta oportunidad, no sané.

Después de un tiempo, me radiqué en otro país. La condición empeoró y busqué la ayuda de otra practicista. Orábamos juntas, y durante varios meses hablamos con mucha frecuencia con el propósito de espiritualizar y purificar mi pensamiento. Había momentos en que me resultaba difícil hacer frente a este problema, aunque siempre pude seguir con mi vida diaria, en parte, sin duda, gracias a la constancia de esa practicista.

En cierta ocasión, conversamos sobre el concepto de acomodamiento, desde un punto de vista espiritual. Uno de los pasajes correlativos de Ciencia y Salud que estudié, dice: "La adhesión, la cohesión y la atracción son propiedades de la Mente. Pertenecen al Principio divino y sostienen el equilibrio de esa fuerza del pensamiento que lanzó a la tierra en su órbita y dijo a la ola orgullosa: 'Hasta aquí, y no más' " (pág. 124). Un día, después de reflexionar sobre este pasaje, percibí muy claramente que nos está indicando que nada puede estar fuera de lugar en la creación de Dios.

Poco tiempo después, sentí que dentro de mi cuerpo se producía un ajuste. Durante dos o tres días, la sensación fue como si el órgano caído se estuviera volviendo suavemente a su posición normal. Esto ocurrió a principios de 1993 y la curación ha sido permanente.

Mi testimonio no sería completo sin expresar mi más sincero agradecimiento por el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana — Lecciones Bíblicas y por la protección que proporciona a diario. Verdaderamente, todos somos muy bendecidos.


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