De Abram a Abraham
y de Sarai a Sara.. .
décadas de fe.
De Jacob a Israel.. .
luchando con un ángel.
De Simón a Pedro, "la roca.. ."
reconociendo al Cristo.
De Saulo a Pablo.. .
la luz de la inspiración.
Y a mí, Señor amado,
¿cuánto me llevará
reconocer y expresar
mi nombre verdadero,
mi verdadera naturaleza?
Décadas de fe;
luchando con ángeles;
reconociendo al Cristo;
¡la luz de la inspiración!
Pues ya sea rápido o lento,
también nosotros podemos crecer
a través de pruebas o tribulación
cuando cada palabra y acción
es para el bien de otro,
como lo haría Jesús.
Entonces, el pensamiento se alinea con el Cristo,
la verdadera naturaleza espiritual del hombre
y se nos llama
"hijos de Dios".
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