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La ley y el Científico Cristiano

Del número de junio de 1995 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Seguir el Ejemplo ele Cristo Jesús es la esencia misma del cristianismo. Jesús oró y sanó a mucha gente cuando estuvo aquí en la tierra. El Científico Cristiano considera que el ejemplo de Jesús sigue siendo significativo; tanto es así que el Científico Cristiano, sea hombre o mujer, apoya la declaración que hace Mary Baker Eddy al describir el propósito de la Iglesia de Cristo, Científico:

"En una reunión de la Asociación de Científicos Cristianos celebrada el 12 de abril de 1879, a moción de la Sra. Eddy, e acordó: — Organizar una iglesia destinada a conmemorar la palabra y las obras de nuestro Maestro, la cual habría de restablecer el Cristianismo primitivo y su perdido elemento de curación".Manual de La Iglesia Madre, pág. 17.

Los beneficios que provienen de estudiar "la palabra y las obras de nuestro Maestro", y luego modelar nuestra vida diaria de acuerdo con su ejemplo, son algo más que un mero ejercicio religioso; transforman la vida. Pueden preguntarle a cualquier persona que practica esta regla. Por ejemplo, un amigo mío contrajo poliomielitis cuando tenía alrededor de diez años. Esto ocurrió durante una epidemia muy generalizada de esta enfermedad, que le afectó de la cintura para abajo, impidiéndole caminar.

Esta familia confió únicamente en el tratamiento de la Ciencia Cristiana para la curación, y diez días más tarde el niño sanó. Mi amigo siempre me dice que nunca olvidará el momento cuando pudo caminar para ir a cenar, tomado del brazo de su padre, y sintiendo una alegría indescriptible en su corazón.

La curación es parte integral del mandato original del movimiento de la Ciencia Cristiana
Christian Science (crischan sáiens), establecido cuando los miembros de la iglesia primitiva, como se mencionó anteriormente, tomaron la decisión de "organizar una iglesia destinada a conmemorar la palabra y las obras de nuestro Maestro, la cual habría de restablecer el Cristianismo primitivo y su perdido elemento de curación". En vista de ese propósito fundamental, el modelo que todo estudiante de la Ciencia Cristiana debe seguir es nada más — ni nada menos — que el ejemplo de Cristo Jesús, ayudando a la humanidad a librarse del pecado, la enfermedad y la muerte. Por supuesto que el Científico Cristiano no desobedece la ley de su país y no trata de convencer a todo el mundo de que se convierta en Científico Cristiano, ni trata de controlar la vida de los demás.

La curación cristiana genuina aún necesita ser mas aceptada dentro de la sociedad. En el tiempo de Jesús, sus seguidores eran pocos, y hoy en día, en comparación con la población mundial, son pocos los que confían enteramente en el Cristo sanador, la influencia divina siempre presente en el pensamiento humano. Sin embargo, hace dos milenios, Jesús y sus pocos seguidores fueron el centro de la incomprensión de la sociedad y de los esfuerzos por impedir la curación cristiana. "Nosotros tenemos una ley", dijeron los perseguidores de Jesús. Juan 19:7. Hoy en día las cosas no son diferentes. De algún modo "las leyes" por las cuales Cristo Jesús fue apresado y juzgado por "las autoridades que hay", se están manifestando nuevamente en los tribunales y en la prensa.

Si seguir el modelo del cristianismo que Jesús nos dejó es tan beneficioso, ¿por qué hubo en aquel entonces, y a veces se percibe hoy en día, una actitud tan hostil contra la curación cristiana genuina? Hace poco, al reflexionar acerca de este asunto, me contaron una historia interesante sobre otro amigo mío. Cuando estaba en la universidad, siempre llegaba tarde a la primera clase porque nunca lograba despertarse a tiempo. Trató de convencer a sus compañeros de habitación de que lo despertaban, temprano. Pero cada vez que lo despertaban, lo primero que intentaba hacer era golpear al compañero que lo había despertado. Y aunque después se mostraba muy agradecido y pedía disculpas, se imaginarán porqué, pasado un tiempo, ¡nadie se atrevía a interrumpir su sueño!

La práctica de la curación cristiana por cierto despierta a las personas. Las despierta a la percepción de la naturaleza y la presencia de Dios. Las induce a examinarse a sí mismas y a regenerar sus vidas. A veces, sin embargo, la mente mortal reacciona en contra de este despertar. A la mente humana no le agrada mucho que la despierten de sus creencias en la materia y en una causa y efectos materiales. A menudo la sociedad desea un "almuerzo gratis", o sea, una curación sin ningún esfuerzo, pensamiento o redención. No obstante, la regeneración forma parte del proceso sanador hoy en día, como lo fue en tiempos de Jesús.

En la práctica de la Ciencia Cristiana, no solo somos responsables de la persona por la cual estamos orando; también somos responsables del tratamiento mismo. Debemos apoyar científicamente la eficacia de la oración Cuando una luz se enciende en un cuarto oscuro, cada rincón debe quedar iluminado. Del mismo modo, cada vez que el Cristo, la Verdad, se comprende y se percibe sinceramente en la curación de determinado caso por medio de la oración, la ley de Dios exige que la oscuridad de la creencia falsa desaparezca. Cada caso, aunque sea un problema muy arraigado, es un caso nuevo cada día. Cada vaga manifestación de temor o de creencia falsa, debe ser tratada metafísicamente con espontaneidad y frescura bajo la guía de Dios. Una vez que hemos tratado al paciente de esta manera, debemos apoyar el tratamiento mismo por medio de la comprensión de la ley divina.

Cuando humildemente sigamos el ejemplo de Jesús, con todas las responsabilidades cristianas que esto entraña, la promesa de la curación metafísica será finalmente reconocida tanto social como políticamente. La Sra. Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, escribe en su libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras: "A medida que el tiempo avance, se hará justicia a los elementos curativos del cristianismo puro; serán buscados y enseñados y resplandecerán con toda la grandeza del bien universal".Ciencia y Salud, pág. 329.

 

El cristianismo puro, tratado con justicia, resplandeciendo "con toda la grandeza del bien universal", es lo que mucha gente en el mundo está buscando de un modo u otro. El ejemplo de cada uno de nosotros, al vivir su propia vida tomando la palabra y las obras del Maestro como el modelo más elevado, acelera el momento cuando "el Cristianismo primitivo y su perdido elemento de curación" serán reconocidos plenamente.

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