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Las Organizaciones de la Ciencia Cristiana en los años 90

Más como puentes que como islas...

Del número de junio de 1995 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Puentes, Ventanas, Embajadores: estas son algunas palabras que describen los pensamientos fundamentales que mueven a los miembros de La Iglesia Madre a formar organizaciones de la Ciencia Cristiana (OCC) en las universidades. Las organizaciones de la Ciencia Cristiana son puentes que reúnen en una ciudad universitaria a quienes están buscando una perspectiva espiritual; ventanas que dejan entrar la luz de la curación cristiana en las necesidades de la comunidad; que están compuestas de embajadores, no de un "territorio" determinado sino de las ideas universales que Mary Baker Eddy ha compartido con "los que sinceramente buscan la Verdad" en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras (véase pág. xii).

"Estimada Guía en Verdad y en esperanza,

Sería sumamente útil para nuestra Causa, si situados en Cambridge, como estamos, pudiéramos recurrir, reunir e interesar al estudiantado. Fuera de los edificios de la facultad no podemos alquilar un salón para el público de un tamaño lo suficientemente grande como para una conferencia, y nadie fuera de una organización universitaria puede usar los edificios de la Universidad. Hace varios años tuvimos la idea de formar una Asociación de la Ciencia Cristiana interuniversitaria con las filiales locales para proveer de literatura de la Ciencia Cristiana a las bibliotecas y Salas de Lectura de la Universidad, y que los miembros del Cuerpo de Conferenciantes dieran conferencias en las universidades, en zonas donde no había otras organizaciones de la Ciencia Cristiana. No se pensó en una organización meramente social o de otro tipo sino en nuestra Causa, y estaría bien que para afiliarse se tuvieran las mismas calificaciones que para afiliarse a La Iglesia Madre o a una Iglesia Filial".

Extracto de una carta de  a Mary Baker Eddy

Estas metáforas también describen el pensamiento esclarecido de un estudiante llamado Wilfred Cole de la Universidad de Harvard, quien ayudó a formar la primera organización de la Ciencia Cristiana. En febrero de 1904 le escribió a la Sra. Eddy.

En esa época, Cole no sólo era estudiante universitario, sino Primer Lector de la iglesia filial de Cambridge. Su deseo no era establecer servicios religiosos de la iglesia, sino llevar conferencias de la Ciencia Cristiana a la ciudad universitaria. Lo más importante acerca de su carta es la respuesta que recibió de la Sra. Eddy. Ella le contestó enviándole a Cole el borrador de un Estatuto para las organizaciones universitarias que debía incluirse en el Manual de La Iglesia Madre, pidiéndole que lo revisara. Después de recibir sus comentarios, la Sra. Eddy finalizó el Estatuto y lo publicó en la edición del 12 de marzo del Christian Science Sentinel y lo incluyó en la siguiente edición del Manual de la Iglesia. Ese Estatuto, "Privilegio de los Miembros", ha sido la base desde entonces de todas las actividades de las OCC.

A muchos con frecuencia los sorprende la sencillez de este Estatuto. ¿Qué significa "formar y dirigir" una organización en las universidades? ¿Hay más información publicada en otra parte? ¿Hay un modelo establecido para seguir?

Estas son las únicas instrucciones que la Sra. Eddy proporcionó. Pero ¿acaso estas pocas palabras no dicen mucho acerca de la confianza que puso en los miembros de su Iglesia? Confianza en la habilidad de ellos para desarrollar, mediante la oración, la manera más eficaz de "formar y dirigir" las organizaciones de la Ciencia Cristiana en diversas comunidades, y en todas las épocas. Ella ha proporcionado el fundamento que alienta a desarrollar una idea, en lugar de establecer una sola forma o tradición. Ella invita no sólo a estudiantes más jóvenes que son miembros de La Iglesia Madre, sino también a todos los profesores y estudiantes de las universidades, universidades locales, y programas de extensión universitaria, y a Científicos Cristianos graduados.

La OCC de Harvard y aquellas que surgieron en otras universidades enviaron información de su progreso a la Sra. Eddy y a las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana. El compartir Ciencia y Salud fue con frecuencia el punto de partida de sus actividades. Ayudaron a llevar los escritos de la Sra. Eddy y las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana a la comunidad universitaria al colocarlos en las bibliotecas, en los edificios dedicados a las actividades de los estudiantes y en los dormitorios. También aprovecharon la nueva oportunidad de patrocinar conferencias sobre la Ciencia Cristiana, privilegio que previamente solo tenían las iglesias filiales y La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana. Dos profesores bien conocidos consideraron tan importante una de las primeras conferencias patrocinadas por la Organización de la Ciencia Cristiana en Harvard, que la anunciaron en sus clases y alentaron a sus alumnos a que asistieran. 

Privilegio de los miembros. Sec. 8. Los miembros de La Iglesia Madre que como tales gocen de buena reputación y que pertenezcan al cuerpo de profesores o sean instructores o alumnos de cualquier universidad, pueden formar y dirigir una organización de la Ciencia Cristiana en tal universidad, si los reglamentos de la universidad se lo permiten. Asimismo, los miembros que gocen de buena reputación en La Iglesia Madre y que se hayan graduado en tal universidad, pueden pertenecer a esa organización previa solicitud presentada ante los miembros activos presentes, y aprobada por unanimidad de votos de los mismos, siempre que lo permitan los reglamentos de la universidad. Cuando fuere invitado, un miembro del Cuerpo de Conferenciantes puede dar una conferencia para tal organización universitaria.



Los primeros informes también incluyeron descripciones de las reuniones donde los estudiantes y profesores se reunían para compartir lecturas de la Biblia y de Ciencia y Salud y dar testimonios de curaciones. Estas reuniones adoptaron parte de la estructura de las reuniones de testimonios de los miércoles que se celebraban en las iglesias filiales, y la Sra. Eddy no las desalentaba. Pero tampoco hizo de esto una parte permanente de sus actividades publicando un "Orden de Cultos Religiosos" para las organizaciones de la Ciencia Cristiana como lo hizo para las filiales de la iglesia.

Recientemente, las OCC y gente que está formando nuevas organizaciones han vuelto a examinar el origen de su misión, han recurrido al Estatuto del Manual de la Sra. Eddy y han hecho algunas preguntas básicas como ser: ¿Cuál es el propósito esencial de las OCC? ¿Qué nos mueve a unirnos?

Reflexionar acerca de estas preguntas puede exigir mucho de nosotros; pero se está descubriendo que formar y conducir una organización en las universidades que sea progresista es el resultado de un cuestionamiento y oración radicales. Una organización de la Ciencia Cristiana a menudo comienza con la oración de una sola persona que siente tanto amor por la Ciencia Cristiana y por su comunidad, que quiere hacer reuniones. Algunas de las maneras en que las OCC recién formadas están haciendo esto incluyen: la lectura de Ciencia y Salud de principio a fin teniendo en mente a toda la universidad y destacando los pasajes que les hablan a sus compañeros y al cuerpo docente; escribiendo reseñas sobre Ciencia y Salud para los diarios y estaciones de radio universitarios; compartiendo el libro de texto con profesores y estudiantes en cursos donde Ciencia y Salud ofrece la perspectiva que se necesita: cursos sobre la historia religiosa de los Estados Unidos, estudios sobre las mujeres, medicina y leyes; poniendo avisos en las pizarras de anuncios invitando a otros a tratar de encontrar soluciones espirituales a los asuntos de actualidad, teniendo la Biblia y Ciencia y Salud como guías.

Los Científicos Cristianos en las universidades de hoy en día se están preguntando: ¿Apreciamos realmente la manera de pensar y la búsqueda espiritual que ya está teniendo lugar a nuestro alrededor? ¿Cómo podemos ampliar nuestro concepto de Ciencia y Salud, viéndolo no sólo como un libro de texto religioso sino como una fuente de interés universal para todos los pensadores? ¿Cómo podemos contribuir a que esta fuente sea más accesible a otros?

Este tipo de preguntas están abriendo el paso para que se formulen respuestas sobre qué significa "formar y conducir" las OCC en los años 90. Las respuestas que están surgiendo por cierto se parecen más a puentes que a islas.

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