Durante siglos la ciudad de Ginebra fue asilo de refugiados políticos y religiosos. A mediados de los años 1500, miles de exiliados religiosos del continente europeo y de Inglaterra huyeron a Ginebra ara escapar de la persecución y para trazar el futuro de la Reforma Protestante. Fue en ese lugar donde una colonia de refugiados protestantes ingleses encontraron un santuario donde pudieron traducir y publicar una nueva versión de las Escrituras para la gente de su tierra natal, una versión que se conoció como la Biblia de Ginebra.
ZWINGLIO: PRIMER LIDER DE LA REFORMA SUIZA
Paralelamente a la tarea en pro de la Reforma que llevaba a cabo Martín Lutero en Alemania, se iba desarrollando el movimiento protestante en las pequeñas ciudades-estados independientes de Suiza. El impulso por la reforma comenzó primero en la ciudad de Zurich, de habla alemana, bajo el liderazgo de Ulrico Zwinglio.
Zwinglio nació en las montañas del este de Suiza. Se ordenó como sacerdote católico en 1506. Durante sus primeros tiempos como pastor, estuvo bajo la influencia de Erasmo, reformador y humanista holandés. Como consecuencia, se sintió impulsado a aprender griego y hebreo y a dedicarse al estudio de las Escrituras. Con estos conocimientos y lleno de resentimiento contra los abusos de la Iglesia, Zwinglio pronunció en 1519 una serie de sermones que dieron origen a la Reforma Protestante en Suiza.
Ese mismo año, Zwinglio tuvo una curación que cambió su pensamiento para siempre. Se recuperó de la peste que azotó a Zurich y, por primera vez, sintió verdaderamente la presencia de Dios. Desde entonces, decidió luchar por la causa de los reformistas, proclamando a Lutero como el "nuevo Elías".
Zwinglio se convirtió en el líder reconocido de la Reforma suiza. Su movimiento se arraigó de ciudad en ciudad a pesar de la oposición de la Iglesia. Murió en 1531, defendiendo a Zurich de la invasión de las tropas católicas.
REFUGIADOS FRANCESES EN GINEBRA
Al año siguiente, un joven protestante francés llamado Guillaume Farel huyó de París a Ginebra, para escapar de la persecución que ejercían las autoridades contra los seguidores de la "nueva religión". Los ciudadanos de Ginebra amaban las ideas radicales de este vehemente predicador. En 1536, los persuadió para que aceptaran la fe protestante como religión oficial.
Farel convenció a otro joven protestante de París, Juan Calvino, de que se instalara en Ginebra. Calvino egresó de la Universidad de París con los grados de teólogo y abogado. Estando en la universidad, oyó hablar por primera vez de la fe protestante. La experiencia de su conversión cambió el curso de su vida y lo convenció de que su misión era devolver al cristianismo su pureza apostólica.
Cuando Calvino llegó a Ginebra en 1536, acababa de publicar la primera edición de su fundamental libro sobre teología denominado Institutes of the Christian Religion (Fundamentos de la religión cristiana). Durante un período de veintidós años, expandió su libro, hasta que llegó a ser el libro guía para toda la Reforma Protestante.
Calvino destacó la absoluta supremacía de Dios y explicó que el énfasis que hacía la Iglesia medieval en los santos y la virgen María había apartado al cristianismo de la adoración a un solo Dios. Al igual que Lutero, él creía que solamente la fe de una persona justificaba a esa persona ante los ojos de Dios. Pero fue aun más lejos al opinar que la gente estaba "predestinada", ya sea para la vida eterna o para la condenación eterna. Calvino pensaba que los cultos de adoración a Dios debían ser tan simples como fuera posible, basados estrictamente en las Escrituras.
Calvino dirigió con firmeza la Iglesia de Ginebra, pero mostró una profunda compasión hacia los cinco mil refugiados religiosos que inundaron la ciudad entre 1549 y 1559. Los alimentó espiritualmente alentándolos a tomar como modelo la comunidad de su iglesia-estado cuando regresaran a sus hogares. El deseaba formar con los refugiados que visitaban Ginebra una especie de ejército misionero de lectores de la Biblia. Persuadió al francés Teodoro Beza, el más destacado erudito en Biblia de la época de la Reforma, para que viniera a instruir a los exiliados.
LLEGADA DE LOS REFUGIADOS INGLESES A GINEBRA
Cuando María, la reina católica, ascendió al trono de Inglaterra en 1553, estableció un reinado de terror para librar a su reino de los protestantes. De modo que para escapar de una muerte casi segura, los líderes de la nueva religión aprovecharon la hospitalidad que Calvino les ofrecía en Ginebra, permaneciendo allí hasta la muerte de María en 1558.
Entre esos refugiados ingleses se hallaban algunos de los eruditos más destacados de la época. Según se afirma en la mayoría de los relatos, William Whittingham y John Knox, ambos calvinistas de corazón, fueron los primeros en mostrar interés por comenzar una nueva traducción de la Biblia poco tiempo después de llegar a Ginebra en 1555. Ambos se habían conocido en Francfort, donde Knox era predicador de los exiliados ingleses. Pero cuando Whittingham y Knox fueron expulsados de Francfort debido a su radicalismo, se fueron directamente a Ginebra, donde sabían que serían bien recibidos.
Knox se había convertido al protestantismo a mediados de 1540 y pronto llegó a ser el paladín del movimiento de la Reforma en Escocia, su tierra natal. Este brillante predicador evangelista fue uno de los últimos líderes protestantes que abandonó su tierra después que María comenzó su reinado.
Tan pronto como Knox llegó a Ginebra, Calvino le pidió que predicara a los exiliados ingleses. Knox amaba a Ginebra y llamó a la iglesia de ese lugar "la escuela más perfecta de Cristo" desde los principios de la cristiandad.