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El "peor enemigo" y el "mejor amigo" del cuerpo

Del número de agosto de 1995 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¿Cuales Son Los más grandes enemigos de la salud y el bienestar? Si le pregunta eso a la gente, probablemente reciba respuestas obvias, tales como: las enfermedades o los accidentes y las lesiones que producen, o tal vez la vejez y la decrepitud. Habrá algunos que tal vez nombren la degradación y la contaminación del ambiente. Otros pueden sugerir el alcohol o las drogas. Y otros, el pecado y la influencia potencialmente devastadora de los actos pecaminosos.

Pero si uno acude al libro de texto de la Ciencia Cristiana, encuentra una respuesta que en un primer momento puede parecer sorprendente. La Ciencia Cristiana no desecha con indiferencia lo que comúnmente preocupa a la gente. Pero en lugar de basarse fundamentalmente en causas y efectos físicos, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy pone bien en claro que debemos considerar en primer término los factores mentales que están en pie de guerra contra la salud y el bienestar de la humanidad. Ciencia y Salud declara específicamente: "La mente mortal es el peor enemigo del cuerpo..." Ciencia y Salud, pág. 176.

¿La mente mortal es el enemigo? ¿Y qué es la "mente mortal"y por qué debemos protegernos de ella como de nuestro "peor enemigo"? Si uno llegara a suponer que podría haber una mente limitada — una mentalidad que sostiene que el mal es real; que cree que la materia es la sustancia fundamental de la realidad y, por esa razón, hace que esa creencia tome formas finitas y mortales; una mentalidad que también sugiere la existencia de muchas mentalidades separadas y conflictivas que proyectan innumerables temores y pecados y que pretenden oponerse a Dios y actuar de manera contraria a Su voluntad — tendría, entonces, una descripción básica de gran parte de lo que la Ciencia Cristiana clasifica como "mente mortal". Y debido a que esta mentalidad mortal pretende actuar en contra de Dios, el bien, también pretende ser lo que produce no solamente las condiciones que predisponen a la enfermedad y a la debilidad, sino también las circunstancias inmediatas que hacen que uno esté enfermo o causan lesiones al cuerpo. Hoy en día, muchos pensadores están llegando a conclusiones similares con respecto a las causas mentales de la desarmonía humana.

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