A menudo paso con mi motocicleta enfrente de la vidriera de su Sala de Lectura cuando voy y vengo de mi destino. Siempre tengo la esperanza de que el semáforo cambie a rojo para poder detenerme y ver la vidriera. Expresa tanta calidez, que muchas veces alegra mi camino. En dos ocasiones tuve el impulso de detenerme y acercarme a la vidriera, y estudiar lo que en ella se exhibe. Me gustaron mucho [los mensajes que pusieron] para Navidad y la exhibición sobre The Christian Science Monitor. Muchas veces paso cuando la Sala de Lectura está cerrada, y lo lamento mucho. Quería enviarles esta nota para agradecerles por estar allí y por el amor que expresan [a través de las exhibiciones de la vidriera].
"Lamento no vivir en el área o los visitaría para decirles esto personalmente. Pero he recibido consuelo muchas veces.
"Muchísimas gracias".
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