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Cuando un amigo intenta suicidarse

Del número de octubre de 1996 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Recuerdo Que, cuando era chica, iba con mi madre manejando y veía agua sobre la ruta. Le avisaba pensando que iba a disminuir la velocidad. Ella me decía que allí no había agua y que era algo que se llamaba espejismo. Entonces me explicaba que en un espejismo algo parece estar enfrente de uno pero en realidad no hay nada. Yo no le creía ya que el "agua" parecía real, pero cuando llegábamos al lugar en la ruta donde pensaba que había agua, me daba cuenta de que no había agua. En realidad, ¡no había nada en la ruta!

Un espejismo es una ilusión óptica que se forma cuando el aire calentado irregularmente curva los rayos de luz. Pero cuando vemos un espejismo en la ruta, no vemos los rayos de luz. Nuestra visión limitada de la situación percibe que hay agua sobre la ruta.

¿Qué sucede con las visiones limitadas que tenemos acerca de nosotros mismos, de los demás y del mundo? ¿Acaso no son también espejismos, aunque no lo queramos admitir?

En la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana me enseñaron que el hombre, por ser la imagen y semejanza de Dios, es Su reflejo, espiritual y perfecto. Pero la visión del hombre que veía alrededor mío no parecía ser siempre tan perfecto. No podía ver a este hombre perfecto que me enseñaban. Sin embargo, la Biblia afirma lo siguiente: "Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera". Gén. 1:31. Dios creó al hombre a Su propia imagen, como Su reflejo. El reflejo en nuestro espejo no puede hacer nada menos que lo que hacemos, y nosotros no podemos hacer algo que Dios no hace. Este es un hecho espiritual y la situación humana irá manifestando cada vez más la armonía de Dios y el hombre a medida que reconozcamos y vivamos nuestra vida desde esta base.

Somos responsables de nuestros pensamientos, y podemos elegir lo que aceptamos en nuestra consciencia.

Entonces, me di cuenta de que necesitaba mirarme a mí misma, a los otros y al mundo a través de esta perspectiva espiritual, no a través de una perspectiva humana y limitada. "El sentido finito no tiene una percepción verdadera del Principio infinito, Dios, o de Su imagen infinita o reflejo infinito, el hombre. El espejismo, que hace que árboles y ciudades parezcan estar donde no están, ilustra la ilusión del hombre material, el cual no puede ser la imagen de Dios", escribe la Sra. Eddy en Ciencia y Salud. Ciencia y Salud, pág. 300.

Viajando en el auto con mi madre, veía el espejismo aparecer y desaparecer una y otra vez. Pude identificarlo rápidamente como la imagen falsa que era. Cuando empecé a manejar, aprendí, a través de la experiencia, a no reaccionar a esta ilusión, alterando o cambiando mi curso. Por supuesto, cuando lo veo ahora, sé inmediatamente que es falso. Sí, los espejismos aparecen, pero no soy tentada a disminuir o a cambiar de carril para evitar el "agua".

En el estudio y la práctica de la Ciencia Cristiana, uno llega a ver y a experimentar más y más evidencias del poder de Dios en la curación y en el crecimiento espiritual. Esto nos da la seguridad de confiar en la verdad de la identidad espiritual del hombre como el reflejo de Dios, Su idea, aun cuando la evidencia material parezca convincente. Sí, a veces vemos imágenes falsas, pero el reconocer la irrealidad de todo lo que niegue la omnipresencia de Dios, nos libera de cualquier poder que quiera dominarnos.

Somos responsables de nuestros pensamientos, y podemos elegir lo que aceptamos en nuestra consciencia. Este tipo de oración no es egoísta. Si no nos cuidamos aprendiendo y afirmando quienes somos como reflejo espiritual de Dios, ¿cómo vamos a ayudar a otros a hacerlo?

...una amiga vino y me dijo que se había tomado un frasco de píldoras.

En la secundaria tuve la oportunidad de aplicar lo que aprendía de la Ciencia Cristiana, cuando una amiga vino y me dijo que se había tomado un frasco de píldoras. No había nadie cerca para ayudarnos. Pero yo sabía que siempre podía recurrir a Dios e inmediatamente afirmé que yo era Su idea espiritual. Luego de establecer en mi pensamiento mi propia identidad espiritual, le pregunté a Dios qué hacer.

Mi amiga estaba algo mareada y yo me asusté mucho. Ella no era Científica Cristiana. Fue categórica cuando me dijo que no llamara una ambulancia ni a sus padres o se iría corriendo. (Pensándolo ahora, veo que yo no estaba pensando con claridad o me habría dado cuenta de que ella no hubiese podido salir corriendo.) ¿Qué debía hacer? ¿Tirarle agua a la cara? ¿Hacer que vomitara? Sabía que no quería que ella muriera, entonces pensé en un café. Mi amiga dijo que iba a beber si se lo traía. Salí a buscarlo pero me detuve. ¿Acaso Dios me estaba diciendo que hiciera eso? Traté de tranquilizarme y escuchar a mi Padre-Madre Dios. No, el café no era la solución correcta y yo sabía que podía hacer algo mejor.

Cuando Cristo Jesús se enfrentó a la noticia de que su amigo Lázaro estaba enfermo, él dijo: "Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios..." Juan 11:4. Vi que mi situación era también una oportunidad para demostrar que Dios está siempre con nosotros y que somos, en realidad, Su idea espiritual y receptiva, que lo escucha y obedece. Recordé una frase de Ciencia y Salud, que termina con estas palabras: "...esa verdad elimina debidamente todo lo que sea nocivo". Pensé que la verdad siempre aniquila el error, así como la luz desplaza la oscuridad y revela lo que realmente está allí. La frase completa es: "Una idea espiritual no tiene ni un sólo elemento de error, y esa verdad elimina debidamente todo lo que sea nocivo".Ciencia y Salud, pág. 463.

Parecía que yo era una chica de dieciséis años sin ninguna ayuda que tenía una amiga que había optado por quitarse la vida. Si bien este cuadro parecía ser real, supe que era una visión equivocada y limitada de la realidad. Como el espejismo de agua sobre la ruta, parecía ser bastante convincente en ese momento, pero no era real. Un versículo muy querido vino a mi pensamiento. Jesús dijo: "No puedo yo hacer nada por mí mismo", Juan 5:30. y él continúa hablando acerca de escuchar y hacer la voluntad de Dios. Mi deber era escuchar la guía de Dios, y obedecerla. Él era el poder que iba a salvar y sanar. La Verdad, Dios, estaba controlando la situación; no yo. Me sentí tranquila y mi amiga se calmó también. Enseguida ella devolvió muchas píldoras. Luego me permitió que llamara a sus padres.

La llevaron al hospital. Luego de examinarla, el médico dijo que se repondría, aunque la mantuvieron en el hospital durante toda la noche. Ellos calcularon que se había tragado muchas píldoras y que podía tener consecuencias fatales, ya que contaron las píldoras que faltaban en el frasco recién abierto. Pero el médico dijo que gracias a que yo había mantenido la calma y mi amiga se había tranquilizado, yo le había salvado la vida. Él me preguntó qué había hecho y le dije que había orado. Me dijo que mis oraciones debían haberla mantenido consciente. También me dijo que de haberle dado café, la hubiera matado.

¿Qué sucede cuando una situación parece ser muy alarmante? Un espejismo en la ruta es muy convincente, pero no nos puede afectar si sabemos que es irreal. Del mismo modo no tenemos que aceptar la visión equivocada de que el hombre es limitado, que está enfermo o desamparado. Si vemos en su totalidad al hombre que Dios hizo, que es espiritual y perfecto, no sujeto a leyes materiales ni condiciones de ningún tipo, demostramos el poder que se obtiene al comprender esa perfección.

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