¡Cuántas Veces Nos habrán hecho esta pregunta en nuestra niñez! Pero, al final, llega una etapa en nuestra vida en la que necesitamos tomar decisiones trascendentes relacionadas con nuestra vocación. ¿Qué carrera seguir? ¿Qué colegio o universidad elegir? ¿Voy a ser maestro, obrero, ingeniero, ama de casa, abogado?
Probablemente te preguntes cosas como: ¿Puedo estar segura de que estoy eligiendo lo mejor? ¿Qué pasará si en el futuro cambio de opinión? ¿Qué necesito para sentirme realizado y feliz? Y hasta puede ser que no sepas qué hacer realmente. Pero podemos recurrir a Dios al explorar estos temas, y mirar a nuestro futuro desde una perspectiva espiritual.
En el primer libro de la Biblia, el Génesis, podemos leer afirmaciones inspiradoras sobre la identidad espiritual del hombre. Por ejemplo: "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". Gén. 1:26. Dios, el Espíritu, es nuestro origen, nuestro creador, entonces nuestra naturaleza como reflexión del Espíritu no puede ser material, sino totalmente espiritual. En realidad, somos las ideas individuales de Dios, la Mente divina, sin una sola inclinación o elemento malo. Al manifestar cada uno de nosotros, de una manera muy particular, las cualidades cuya fuente es la Mentedivina, le imprimimos a nuestras actividades un matiz único y original.
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