Mi Abuelo Era ministro protestante, y en mis primeros años de vida, él y yo pasamos mucho tiempo juntos hablando sobre religión. Era muy paciente con mis preguntas, nunca las respondía directamente, sino que me alentaba a que encontrara yo mis propias respuestas. Él acostumbraba a decir: "Dios es Amor".
En mi adolescencia leí muchos libros sobre la "New Age", y aunque los encontraba muy interesantes, no estaba satisfecha.
Mi búsqueda espiritual continuó de esta manera hasta hace cinco años, cuando prematuramente mi situación cambió. Vivía a cuatro mil kilómetros de mi familiar más cercano, cuidando de una hija pequeña y con un muy complicado y aterrador matrimonio. Mi esposo en aquel tiempo tenía un temperamento muy violento y me maltrataba físicamente. Una noche muy tarde después de estar casados siete años, se enfureció tanto que me despertó y tuvimos una terrible escena. De pronto comprendí que mi situación era crítica. Recordé que mi abuelo me había dicho que Dios es Amor. Busqué con todo mi corazón al Dios que había tratado de entender toda mi vida, y dije: "Por favor, muéstrame la verdad".
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