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Mary Baker Eddy: toda una vida de curación

Esta serie trata sobre las curaciones que realizó Mary Baker Eddy mediante su confianza en Dios. Las mismas empezaron en su niñez y continuaron durante toda su vida; algunas se publican aquí por primera vez.

La cruz (1905-1907)

Del número de febrero de 1997 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Para El Año 1905 Mary Baker Eddy ya se había convertido en una figura prominente a nivel nacional. Los medios de comunicación de la época estaban concentrando cada vez más su atención en ella como la Fundadora y Guía del movimiento de la Ciencia Cristiana. Gran parte de este interés era hostil. Pero sin importar lo que estaba enfrentando, la curación cristiana seguía ocupando un lugar preeminente en su pensamiento.

El 25 de mayo de 1905, la Sra. Eddy le escribió a una de sus alumnas de muchos años:

La ayuda que necesito más que nada en el mundo para llevar a cabo la labor de mi vida, es una sanadora como lo fui yo cuando estaba en la práctica... Alcance ese punto, sane instantáneamente toda clase de enfermedades. Yo lo hacía así, y usted debe hacerlo también. Nuestro gran Maestro lo hacía y le pidió a sus seguidores que hicieran lo mismo. Usted puede ser tal sanadora y debe serlo para ser una Científica Cristiana. Ahora bien, apréstese a realizar este deber que le corresponde, vigile, ore, trabaje y ¡tenga fe! Sepa que usted puede ser lo que Dios requiere que sea y que ahora — Su imagen y semejanza — está reflejando a Dios, el único Sanador por excelencia, está reflejando a Dios, la Vida, la Verdad, el Amor. Documento de la Historia de la Iglesia: H00094, Departamento de Historia de La Iglesia Madre.

Cuatro meses antes, la Sra. Eddy había demostrado exactamente lo que quiso decir en esa carta. George Kinter, que trabajaba en la casa de la Sra. Eddy en esa época, cuenta en sus recuerdos lo que sucedió "tarde una noche invernal de enero o febrero de 1905". La Sra. Eddy había llamado varias veces a Calvin Frye, quien había sido su secretario personal por muchos año, sin recibir respuesta. Luego le pidió al Sr. Kinter que fuera a ver porqué el Sr. Frye no había venido. Al entrar al dormitorio del Sr. Frye, George lo encontró desplomado en una silla: "El Sr. Frye había muerto, no tenía pulso, estaba frío como una piedra y rígido". Cuando se lo informó a la Sra. Eddy, ella acudió inmediatamente al dormitorio y "empezó a darle un tratamiento en el acto... Durante toda una hora ella negó el error y declaró la Verdad continuamente con una vehemencia y elocuencia tal que yo jamás había escuchado en ninguna otra ocasión... Recuerdo muy bien mucho de lo que dijo y cómo actuó":

Calvin, ¡despiértate y sé el hombre que Dios creó! ¡No estás muerto y lo sabes! ¡Cuántas veces has demostrado que no hay muerte! Calvin, ¡todo es Vida! ¡Vida! Vida imperecedera. Di, Dios es mi Vida... Declara "puedo ayudarme a mí mismo"... Levántate. Despréndete de esta pesadilla de falsa creencia humana y del temor. ¡No permitas que el error te mesmerice al punto de creer las mentiras de Satanás acerca del hombre creado a la imagen y semejanza de Dios! No has terminado la obra de tu vida. Te necesito. Nuestra gran y bendita Causa te necesita.

La Vida es tan inmortal como lo es Dios Mismo porque la Vida es Dios, y tú eres Su hijo espiritual. Calvin, no hay muerte, para el cristiano Cristo Jesús ha abolido la muerte y este tratamiento no es invertido por el error.

Después de una hora, Calvin se movió un poco y luego habló en voz muy baja: "No me llame para que vuelva. Déjeme ir, estoy muy cansado". A lo que la Sra. Eddy contestó: "Oh, sí, persistiremos en hacerte volver, porque no te has alejado. Sólo has estado soñando y ahora que te has despertado de ese sueño nebuloso, no estás cansado... Agradece a nuestro querido Dios, que es Mente, el bien omnipresente, porque tú no cedes ante ninguna pretensión de los sentidos materiales". Al cabo de otra media hora, Calvin se había recuperado completamente. El resto de la noche se desarrolló en paz, y el Sr. Frye estuvo en su puesto a la mañana siguiente, haciendo su trabajo acostumbrado para la Sra. Eddy. Recuerdos de George Kinter, Historia de la Iglesia.

Al mes de esta experiencia, la Sra. Eddy recibió una carta de Mary Crane Gray, quien acababa de conocer la Ciencia Cristiana. Su marido había enloquecido después de haber perdido una fortuna considerable realizando malas inversiones financieras, y los médicos le habían dicho que su caso era incurable, le recomendaron internarlo en un manicomio. En lugar de hacerlo, la Sra. Gray le escribió a la Sra. Eddy implorándole que sanara a su esposo: "Abrí mi angustiado corazón en una carta de diez páginas a la Sra. Eddy. No sabía que ella no estaba en la práctica sanadora en ese entonces. A los pocos días después de haber franqueado esa carta, mi marido se levantó sano". No recordaba haber estado enfermo. Su esposa le contó lo que había hecho al escribirle a la Sra. Eddy. Él le dijo: "Voy a ir a buscar empleo de inmediato". Recuerdos de Mary Crane Gray, Historia de la Iglesia.

El motivo por el que la Sra. Eddy ya no estaba en la práctica pública de la curación era porque estaba dedicando todo su tiempo a ayudar a la humanidad a través de su trabajo como Guía de la Causa de la Ciencia Cristiana. La Sra. Eddy exhortaba constantemente a sus seguidores a que dejaran todo por Cristo. En su mensaje: "Escoged" a La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston (escrito para la dedicación de la magnífica Extensión del Edificio Original, construido hacía más de diez años), la Sra. Eddy recordó a los Científicos Cristianos el pasaje de las Escrituras: "El que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí". Mateo 10:38. Y después escribió: "Sobre esta base, ¿cuántos están siguiendo al Mostrador del Camino? Seguimos a la Verdad sólo en la medida en que la seguimos sincera, mansa, paciente y espiritualmente, bendiciendo a santos y a pecadores con la levadura del Amor divino que la mujer ha puesto en la cristiandad y en la medicina".The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 4. Para la Sra. Eddy, esta "levadura del Amor divino" era la curación cristiana. Como le había escrito al Primer Lector de La Iglesia Madre: "¿Acaso sanar al enfermo no es lo mejor y más elevado que puede hacerse en este campo? Sí, lo es: nuestro gran Maestro lo hizo así". Documento de la Historia de la Iglesia: L10930. Y a un conferenciante de la Ciencia Cristiana le escribió:

Ahora señalo una necesidad que está por encima de todas las demás para asegurar la perpetuidad del éxito actual de la Ciencia Cristiana y su continuo progreso, a saber, una obra sanadora más elevada y práctica. Una curación definitiva e inmediata es la demostración de lo que usted proclama en teoría, y la teoría en lo que se refiere a la religión o a la filosofía sin la práctica es peor que nada porque desilusiona a quien busca curación y destruye la evidencia de su verdad, haciendo la situación irremediable, lo que es peor que no saber nada sobre ella. Documento de la Historia de la Iglesia: L08548.

La Sra. Eddy no limitaba la curación a orar por hombres y mujeres enfermos solamente. En mayo de 1906, un Científico Cristiano de las Filipinas le escribió sobre dar tratamiento a animales y recibió la siguiente respuesta:

... sane animales lo mismo que a la humanidad. Cuando yo estaba en la práctica los sanaba y encontré que siempre respondían favorablemente a la Verdad. Dios le dio al hombre "dominio sobre las bestias" y no tenemos autoridad para suponer que Él haya revocado jamás ese don o que le haya quitado al hombre la herencia espiritual que le corresponde. Documento de la Historia de la Iglesia: L14627.

A los pocos días de haber enviado esa carta, la Sra. Eddy escribió a la Junta Directiva de La Iglesia Madre acerca de la necesidad de orar por las condiciones del tiempo que pueden causar destrucción:

... consideren ésta mi proposición, que soliciten a algunos de los mejores Científicos Cristianos en Boston y sus alrededores que oren una vez al día para que no entre al pensamiento para dañarlo ningún pensamiento de terremoto, tornado o tormenta eléctrica destructiva, sino que Aquel que reina en los cielos y vigila la tierra nos salva de todo mal. Documento de la Historia de la Iglesia: V00698. Véase además Lyman P. Powell, Mary Baker Eddy: A Life Size Portrait (Boston: The Christian Science Publishing Society, 1991), pág. 234; e Irving C. Tomlinson, Twelve Years with Mary Baker Eddy (Boston: The Christian Science Board of Directors, 1966), pág. 203.

Un año y medio después, el 24 de septiembre de 1907, la Sra. Eddy escribió en su cuaderno que cuando ella estaba orando: "Nubes muy amenazadoras que cubrían completamente el cielo cambiaron instantáneamente... y siguió una lluvia mansa y un arco iris". Documento de la Historia de la Iglesia: L15400.

Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras era el libro de texto para la curación que la Sra. Eddy había escrito a comienzos de la década de 1870. Desde esa época había estado trabajando continuamente en él para aclarar su significado de modo que los lectores lo entendieran. El resultado de sus esfuerzos fueron seis revisiones grandes. En octubre de 1906, le escribió a uno de sus ayudantes: "Se hace necesario publicar una nueva edición de C. y S. porque las planchas de imprimir están muy gastadas. Día y noche he estado pensando en revisar este libro con el objeto de hacer su significado más claro para el lector que no conoce la Ciencia Cristiana". Documento de la Historia de la Iglesia: V03226. Dedicó los siguientes ocho meses a esta tarea y cuando la terminó, agregó al Prefacio del libro: "Hasta el 10 de junio de 1907, [la autora] no había leído nunca este libro consecutivamente desde el comienzo hasta el fin para elucidar su idealismo".Ciencia y Salud, pág. xii.

Ciencia y Salud había sido el resultado de lo que Dios le había revelado a la Sra. Eddy sobre Su naturaleza y leyes. A través de los años el libro ha dado prueba de su origen divino en su habilidad para sanar "a los que sinceramente buscan la Verdad"Ibid. al leerlo. En noviembre de 1907, la Sra. Eddy había leído en un periódico una entrevista con el fundador del Ejército de Salvación, el General William Booth. El artículo informaba que estaba mal de salud. Esto hizo que la Sra. Eddy escribiera a un Científico Cristiano en Inglaterra, dándole instrucciones de "encontrar la manera" de hacer llegar su libro al general, agregando que "ahora es el momento de sanar a este hombre de fe". Documento de la Historia de la Iglesia: L13998. El General Booth vivió hasta los ochenta y cinco años, murió en 1912.

En medio de su trabajo de revisión de Ciencia y Salud la Sra. Eddy pasó por uno de los peores desafíos que jamás tuvo que enfrentar. Lo que empezó como una competencia sensacionalista entre la revista McClure y un diario importante, el New York World, culminó en un pleito entablado en su nombre por sus "Amigos Más Cercanos" contra ciertos empleados de su casa y funcionarios de su Iglesia.

Estos "amigos" eran su hijo George y una de sus hijas, un sobrino y un primo de la Sra. Eddy junto a su hijo adoptivo de quien se había alejado. Por ser sus "Amigos Más Cercanos" ellos sostenían que estaba mentalmente incapacitada y que los que la rodeaban abusaban de ella.

El enfoque metafísico con que la Sra. Eddy enfrentó este juicio puede verse en las directivas que le dio a quien le había solicitado que orara sobre este caso: "Ella quería que la creencia de 'pleito' se tratara con la metafísica absoluta. Yo no debía delinear cuál sería el veredicto sino saber que la Verdad prevalecería y que la Mente divina dirigiría el veredicto, y eso fue lo que realmente sucedió".We Knew Mary Baker Eddy (Boston: The Christian Science Publishing Society, 1979), pág. 182. Después que la Sra. Eddy fue entrevistada por un grupo de "Masters" El grupo de "Masters" estaba integrado por un juez, un psiquiatra (en esa época se los conocía como alienistas) y un abogado imparcial. Su cometido era determinar la capacidad de la Sra. Eddy para manejar sus propios asuntos financieros. designados por la corte, no hubo lugar a juicio.

Un efecto secundario especialmente interesante de esta experiencia fue que la Sra. Eddy sanó al reportero de un diario que tenía un tumor maligno en la garganta y ya no podía hablar. Este reportero había venido en busca de escándalo, y se fue completamente sano. En su edad madura se hizo Científico Cristiano y sintió que "tenía una deuda de gratitud con la Sra. Eddy por esta curación..." Tomlinson, pág. 65.

El mismo mes en que culminó el juicio de los "Amigos Más Cercanos", la Sra. Eddy invitó a la Condesa de Dunmore, una Científica Cristiana de Inglaterra, quien estaba en los Estados Unidos con sus dos hijas en ese entonces, a que la visitara. Una de las hijas, Lady Victoria Murray, después contó:

Mi última visita a Pleasant View fue en [octubre] de 1907 con mi mamá y mi hermana después del fallecimiento de mi papá... Nada pudo exceder la amabilidad y piedad que nos mostró en esos momentos, especialmente para con mi mamá que estaba sufriendo enormemente a causa del sentido de pérdida. La Sra. Eddy, "movida por la compasión" aplacó el dolor de mi madre con ternura, elevándola a un reconocimiento más alto de la Vida, luego volviéndose a mí, me preguntó si tenía alguna pregunta. "Sí", le respondí, "me gustaría saber cómo sana usted a los enfermos". Recostándose en su silla me dijo sonriendo: "Te lo diré. Sano de la misma forma ahora que cuando recién comencé, es decir, instantáneamente. Los estudiantes no entendieron más de lo que un erudito en idioma inglés podría entender una lengua extranjera sin aprenderla. Por consiguiente lo pusieron en su propio idioma. El argumento que se usa para sanar es simplemente sintonizar, afinar. Si tu violín está afinado, no es necesario que lo afines. Mantén tu violín afinado". Repitió esta última frase muy imperativamente y con mucho énfasis. Recuerdos de Victoria Murray, Historia de la Iglesia.

Independientemente de lo que el mundo material arrojaba a sus pies, ya fuera enfermedad, tormentas, demencia, muerte o ataques legales que amenazaban todo lo que ella se había esforzado por establecer, Mary Baker Eddy los consideró como ocasiones para sanar. Para ella eran oportunidades para demostrar al mundo que Dios es un Padre-Madre siempre presente, un Médico infalible y un Juez perfecto.

El último artículo de esta serie aparecerá el próximo mes.

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