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¿Preferimos ocultar la depresión o liberarnos de ella?

Del número de febrero de 1997 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Los Medios De Comunicación se han ocupado ampliamente de la popularidad de Prozac, una droga antidepresiva que se utiliza en forma generalizada para tratar a los adultos y, más recientemente, a los niños. Otro fabricante ha presentado un competidor del Prozac que, según algunos predicen, podría tener aún más éxito. Sin embargo, muchos discrepan respecto a los beneficios y los inconvenientes de estas drogas.

Un artículo en el diario The Boston GlobeThe Boston Globe, 26 de octubre de 1994. sobre la creciente confianza que se tiene en las drogas para controlar la depresión y la hiperactividad en los niños, reflejó estos puntos de vista opuestos. Algunos médicos y padres simplemente estaban agradecidos por cualquier resultado positivo. Sin embargo, y dejando de lado las preocupaciones relativas a los efectos secundarios nocivos, otros médicos que fueron entrevistados para ese artículo afirmaron que sienten que la confianza en estas drogas desconoce los aspectos subyacentes, y pueden impedir que los niños aprendan a controlar sus emociones y sus impulsos. La Dra. Alexandra Rolde, una psiquiatra de niños y adolescentes, hizo la siguiente advertencia: "Tomar una píldora da a todos una falsa sensación de seguridad, de que todo está bien, cuando la realidad es que en ocasiones puede perjudicar de alguna manera el desarrollo del niño".

¿No se aplica esto tanto a los adultos como a los niños? Y ya sea que los problemas que llevaron a la depresión sean característicos de un niño o de un adulto, ninguna droga puede resolverlos realmente. Aunque uno crea que la depresión tiene una base biológica, la droga no sana la condición básica. Creo que si alguien que se encuentra en esta situación deja de tomar la droga, el problema seguirá allí. Simplemente ha sido suprimido, o encubierto, durante un tiempo.

La depresión es un fenómeno de larga data. Por ejemplo, en una ocasión el profeta Elías estaba enfrentando circunstancias tan deprimentes que se quería morir. Se sentía solo, abandonado, temeroso, perseguido. Pero entonces encontró una verdadera solución a su problema, una que está también a nuestro alcance. Él aprendió que Dios, la Verdad divina, no está en las circunstancias perturbadoras o desafiantes que nos estén afligiendo. Por lo tanto, básicamente, no son reales; no tienen base en la realidad espiritual, ni lugar en la creación de Dios. Elías discernió que Dios es Espíritu, Mente, y que se comunica con el hombre mediante una "voz callada y suave", 1 Reyes 19:12 (Versión Moderna). la cual nos revela que estamos seguros y que Dios nos ama y nos protege. La presencia ministrante de Dios fortaleció a Elías para que continuara con su obra fundamental, y lo capacitó para superar los desafíos.

Nuestro Maestro, Cristo Jesús, enfrentó una pesada carga la noche anterior a su crucifixión. La Biblia relata que él dijo: "Mi alma está muy triste, hasta la muerte". Mateo 26:38. Sine embargo, su comprensión de Dios y de la inseparable unidad que tenía con Dios por ser Su hijo, o Su idea, no sólo le dieron a Jesús el valor para pasar esa noche tan difícil, sino también para levantarse de la tumba. Gozoso, fue devuelto a sus discípulos.

Jesús comprendió y demostró completamente al Cristo. Ciencia y Salud describe al Cristo de la siguiente forma: "El Cristo es la verdadera idea que proclama al bien, el divino mensaje de Dios a los hombres que habla a la consciencia humana".Ciencia y Salud, pág. 332. El mensaje de Dios de la realidad y omnipresencia del bien viene constantemente a nuestra consciencia. Esto es lo que nos consuela, nos guía para superar nuestras dificultades, y elimina las emociones destructivas. ¿Por qué querríamos empañar nuestra capacidad para discernir esta "voz callada y suave" aceptando una sensación imperfecta y falsa de calma, especialmente cuando el precio que debemos pagar por esa tranquilidad superficial es depender de una droga?

Ser completamente libre es el derecho divino del hombre; libre del temor, la discordia, la violencia, la soledad, los desequilibrios emocionales o químicos. Como Jesús enseñó y demostró, el hombre es la expresión completa y gloriosa del ser de Dios. En realidad, el hombre no está hecho de sustancias químicas u otros componentes materiales sino que, como la manifestación del Espíritu divino, es completamente espiritual. Ciencia y Salud declara: "El ser de Dios es infinitud, libertad, armonía y felicidad sin límites".Ibid., pág. 481. Entonces, como linaje espiritual de Dios, en realidad ya existimos ahora en un estado de armonía y expresamos felicidad sin límites. Si esto no fuera verdad, el Maestro y sus seguidores, entre ellos los Científicos Cristianos de la actualidad, no hubieran sido capaces de sanar enfermedades físicas y mentales sólo mediante la oración. Cuanto más escuchemos el mensaje del Cristo sobre nuestra verdadera naturaleza, más comprenderemos y demostraremos nuestra alegre individualidad.

Una amiga aprendió algo sobre esto hace varios años, cuando tuvo que enfrentar serios desafíos emocionales. Una profunda desesperación, una agobiante sensación de pérdida, y el temor a estar fuera de control emocionalmente la llevaron incluso a pensar en el suicidio. Buscó apoyo terapéutico, el cual la ayudó a superar la crisis inmediata, pero no hubo una curación real hasta que recurrió a la ayuda metafísica. Esto no ocurrió sino mucho tiempo después, cuando otra situación desencadenó nuevamente sentimientos de desamparo y una intensa desesperación, así como impulsos suicidas.

En ese momento mi amiga estaba estudiando la Ciencia Cristiana y deseaba confiar en Dios para encontrar una solución permanente a estos desafíos emocionales. Vino a quedarse unos días conmigo y con mi esposo, pues sabía que estando con nosotros no se haría daño. Además tuvimos la oportunidad de conversar largamente sobre las maravillosas verdades espirituales de su ser, y de su relación con Dios segura y amorosa.

La realidad espiritual de que Dios era su Padre-Madre verdadero y que la amaba, realmente despertó a mi amiga. Comenzó a percibir que puesto que ella era verdaderamente la expresión misma de Dios, nunca podía estar separada del Amor divino. Además percibió que su verdadera identidad espiritual como hija de Dios había sido siempre inocente y pura, digna de ser amada. Y se dio cuenta de que puesto que esto es verdad, en realidad ella tenía la opción legítima de sentir alegría todo el tiempo.

Podemos expresar gozo al enfrentar las circunstancias más depresivas y la oscuridad mental aparentemente impenetrable...

Esta elección, aunque la hagamos a cada momento, no es un simple ardid de la mente humana, ni es sólo pensar positivamente. Podemos expresar gozo al enfrentar las circunstancias más depresivas y la oscuridad mental aparentemente impenetrable, apoyándonos en la realidad espiritual del ser del hombre. Nosotros podemos expresar gozo en esos momentos porque cada uno de nosotros expresa por siempre esta cualidad por ser la manifestación de Dios. Cuando decidimos expresar el gozo de esta manera, realmente estamos optando por ser nosotros mismos — la individualidad real que Dios nos dio — y estamos como lo hizo Jesús, confiando completamente en Dios, el Principio divino del ser.

Al reconocer la maravillosa verdad de que Dios la amaba, mi amiga se liberó lenta y progresivamente de la depresión y de la desesperación. Esto no significa que no haya tenido que enfrentar desafíos en sus relaciones, pero pudo hacerlo con una considerable serenidad, y confiando en un resultado armonioso. Ella había encontrado un camino realmente eficaz de enfrentar sus problemas y resolverlos.

No estamos indefensos frente a la oscuridad de la depresión. Ni tampoco necesitamos recurrir a las drogas para obtener alivio temporario. Tenemos el derecho divino de gozar de una completa libertad, y el Cristo de Dios está con nosotros, en este momento, para darnos esa libertad. El Cristo, revelándonos el amor que Dios siente por nosotros, nos guía hacia la libertad y el gozo.

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