Acaso Algo que alguien dijo o hizo alguna vez lo lastimó profundamente? ¿Sintió que abusaban de usted, aunque no físicamente, tal vez mental o verbal-mente? ¿Acaso algo que usted dijo o hizo alguna vez ofendió a otra persona?
Cuando se trata de abuso, todos tenemos que esforzarnos por eliminarlo. Al menos, podemos comenzar con nosotros mismos. ¿Acaso no podríamos todos ser más pacientes, gentiles y comprensivos con un niño o un adolescente, más bondadosos y clementes con un amigo, el cónyuge o un compañero de trabajo? Todo pensamiento, palabra o acción humana que sea ofensiva constituye un abuso y debe corregirse.
Podemos tratar eficazmente el abuso por medios espirituales. Para hacerlo, es necesario identificar correctamente al abusador. Los libros que tratan sobre el abuso infantil a menudo destacan la importancia de reconocer que una persona que abusa de los niños con frecuencia es un adulto que fue maltratado o descuidado cuando niño. A veces se hace referencia a estos patrones repetitivos de maltrato como el "círculo del abuso". Esto demuestra que es necesario brindar ayuda compasiva tanto a la víctima como al victimario. Ponerle la etiqueta de "abusador" a alguien y castigarlo o castigarla, ha probado ser de poca utilidad para romper el círculo vicioso, aunque el encarcelamiento pudiera ser necesario en algunas situaciones.
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