Durante Mis Años de secundaria, comencé a beber alcohol con mis amistades en las fiestas. Muy pronto, llego a ser un hecho corriente que me emborrachara con mis amigos los fines de semana. pensaba que lo estaba pasando bien, hasta que una vez hice algo mientras estaba tomado que tuvo resultados desagradables. Y las consecuencias negativas parecieron tener resultados más permanentes que las mismas fiestas.
No sabia qué hacer. Un día me sentía completamente solo e inútil, recordé algunas de las cosas que había aprendido en la Escuela Dominical de la Christian Science, a la que mi madre me había llevado de vez en cuando de niño. Vi que teníamos un ejemplar de Ciencia y Salud. Comencé a leerlo y a aprender acerce de Dios y de mi identidad espiritual como su hijo amado. Poco a poco, y a medida que mi pensamiento comenzó a cambiar, mi vida empezó a arreglarse.
Me sentía tan satisfecho con lo que estaba aprendiendo, y de cómo las cosas se iban desarrollando, que quise hacerme miembro de La Iglesia Madre, y de la iglesia filial a la que estaba asistiendo regularmente. Sin embargo, la afiliación a la iglesia requiere que uno esté libre del consumo de alcohol y de medicamento, que uno haya sanado en este respecto. Pude comprender la razón de esto, porque la Christian Science sana sin medicación, y nos enseña a apoyarnos por completo en Dios para sentimos alegres y felices. La Sra. Eddy dice en Ciencia y Salud: “No hay placer en emborracharse, entontecerse o hacerse objeto de repugnancia; sino que queda un agudo recuerdo, un sufrimiento inconcebiblemente terrible para la dignidad del hombre”.Ciencia y Salud, págs. 406-407.
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