Estoy Muy agradecida a Mary Baker Eddy por su libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, y también a quien me lo regaló, pues cuando lo recibí no tenía la menor idea de lo que trataba el libro. Pero me interesó el título y sobre todo donde dice: “En el espíritu del amor de Cristo —como quien 'todo lo espera, todo lo soporta', y se regocija en llevar consuelo a los afligidos y curación a los enfermos— ella dedica estas páginas a los que sinceramente buscan la Verdad” (pág. xii). Al leer esto me dije: "Dios mío, yo ando buscando la Verdad. Tengo que leer este libro".
Para ese entonces ya había asistido como a cinco iglesias de diferentes denominaciones en menos de cuatro años, y en ese momento me sentía como el peor de los seres humanos. Sentía que no merecía el amor de Dios por no haberme quedado en forma estable en ninguna de las iglesias a las que había concurrido. Había leído en la Biblia, “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32), y oraba a Dios pidiéndole que me guiara a la verdad y me hiciera libre, puesto que anhelaba tener el amor de Dios en mi corazón.
Ya había comenzado a leer un poco el libro de texto, y a veces no entendía ciertas palabras, pero seguía leyendo cada vez más. De repente, un día mientras me encontraba leyendo al viajar en el autobús, comencé a entender con más claridad. Allí sentí como una brisa fresca dentro de mí y una paz que antes nunca había experimentado. Estaba sorprendida. Ahora estoy segura de que Dios escuchó mis oraciones cuando yo clamaba por encontrar la verdad, esa verdad que me ha hecho libre.
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