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Dios, siempre presente en toda circunstancia

Del número de marzo de 1998 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El Avión En Que Viajaba estaba por aterrizar. A punto de tocar la pista, en vez de posarse suavemente rebotó y volvió a posarse con violencia. Tal fue el sacudón que el cinturón de seguridad me dejó marcas en el cuerpo.

Ahí tuve la oportunidad de orar. Reclamar nuestra relación de unidad con Dios es orar. No es necesario informar a Dios lo que ocurre porque Él ya lo sabe todo y nos está dando todo lo que necesitamos. Dios, que es Mente divina, está consciente del bien, de Su creación armoniosa y perfecta. La Sra. Eddy explica lo que es la Mente de esta manera: “Toda consciencia es Mente, y la Mente es Dios. De ahí que haya sólo una Mente; y esa es el bien infinito, suministrando toda Mente por la reflexión, no por la subdivisión de Dios”.Ret., pág. 56.

Cuando oramos reconocemos lo que es verdad para Dios, aunque la situación humana nos presente lo contrario. Pensar de esta manera me hizo sentir en paz y seguro. Supe que Dios estaba consciente de todos y no solamente de mí: consciente de todos como Sus hijos.

A pesar de los lamentos de algunos pasajeros, en medio de los saltos del avión, seguí sintiendo Su presencia del todo amorosa. Finalmente, el avión se posó en la pista.

Al parecer, fue una situación bastante peligrosa porque mientras saltaba, una de las alas del avión podía haber golpeado contra la pista y provocado una explosión. Pero todo terminó bien.

Es alentador saber que Dios no está alejado, que Su presencia nos conoce y guía. Pero, ¿cómo podemos conocerlo a Él y sentirlo más cerca?

Así como al sol nadie lo puede tocar, pero sí podemos disfrutar de sus bondades a traves de los rayos que emanan de él, de manera similar se podría decir que Dios, la Mente universal e infinita, sólo consciente de Sí mismo y de Su creación infinita, nos está bendiciendo constantemente con Su bien.

Para Cristo Jesús, quien se refirió a Dios como Padre y practicó la curación por medios espirituales en Su nombre, esto era un hecho demostrable. Él dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”. Juan 5:17. A través de su vida y obra nos mostró que Dios conoce espiritualmente a cada uno de Sus hijos, y que ellos lo conocen a Él.

Todos podemos reclamar nuestra relación de unidad con Dios. A medida que crecemos en esta comprensión vemos que tenemos el derecho divino de participar de todo lo que la Mente infinita es. Lo que se necesita de nosotros es que, con humildad, abramos nuestro pensamiento, porque si nos parece que la circunstancia en que estamos fuera como si estuviéramos en un cuarto a oscuras, con las persianas cerradas, sólo se requiere que levantemos estas persianas para que disfrutemos de la luz y el calor del sol que ha estado allí siempre resplandeciendo. En otras palabras, es necesario reconocer que Dios ha estado presente, aunque los sentidos no lo puedan ver.

La Mente divina se manifiesta individualmente, y a medida que crecemos espiritualmente, enfrentando los desafíos que se nos presentan con una mayor comprensión de Dios, se afirma nuestra convicción de que nuestra vida siempre se ha encontrado en Él.

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