El Avión En Que Viajaba estaba por aterrizar. A punto de tocar la pista, en vez de posarse suavemente rebotó y volvió a posarse con violencia. Tal fue el sacudón que el cinturón de seguridad me dejó marcas en el cuerpo.
Ahí tuve la oportunidad de orar. Reclamar nuestra relación de unidad con Dios es orar. No es necesario informar a Dios lo que ocurre porque Él ya lo sabe todo y nos está dando todo lo que necesitamos. Dios, que es Mente divina, está consciente del bien, de Su creación armoniosa y perfecta. La Sra. Eddy explica lo que es la Mente de esta manera: “Toda consciencia es Mente, y la Mente es Dios. De ahí que haya sólo una Mente; y esa es el bien infinito, suministrando toda Mente por la reflexión, no por la subdivisión de Dios”.Ret., pág. 56.
Cuando oramos reconocemos lo que es verdad para Dios, aunque la situación humana nos presente lo contrario. Pensar de esta manera me hizo sentir en paz y seguro. Supe que Dios estaba consciente de todos y no solamente de mí: consciente de todos como Sus hijos.
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