Quizás Nunca te hayas considerado un héroe. Pero tal vez creas —como muchos jóvenes de hoy— que el mundo necesita héroes. Con desesperación. Que necesita gente de extraordinario valor, desinterés, nobleza y amor. Gente que vive para hacer que el universo que los rodea sea un lugar mejor. Gente cuyos logros establecen una norma de grandeza para la época.
Entonces, ¿qué te impide a ti, y a otros jóvenes como tú, ser uno de estos héroes? ¿Qué impide que de una vez por todas traigas mejoras —morales, espirituales, éticas, gubernamentales y artísticas— a gente de toda raza y nación. ¿Qué te impide fijar el tono para el próximo milenio?
Ahora bien, ya sé lo que algunos dicen sobre tu generación. Dicen que vives en un mundo propio: un mundo de imágenes veloces. Una mezcla palpitante y ruidosa de TV, música, canciones que hablan de muerte y terminología cibernética. Y dicen que no confías en los adultos y que no tienes la menor intención de mejorar el mundo.
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