Hemos comenzado esta sección sobre la identidad con ejemplos de cómo las personas tienden a encasillar a los demás, y esperan que éstos tengan cierto comportamiento debido a su raza, edad, color y otras características físicas. La siguiente declaración de Ciencia y Salud por Mary Baker Eddy explica el origen de tal actitud: "La ignorancia, el orgullo o el prejuicio cierran la puerta a todo lo que no esté estereotipado". Véase pág. 144.
Si Dejamos que la ignorancia, el orgullo o el prejuicio nos guíen, es probable que acabemos esperando que la gente actúe de cierta manera. Y eso que esperamos tiende a ser negativo, aun cuando nuestra experiencia en la vida nos haya demostrado lo contrario. He aquí un ejemplo:
Yo viví por muchos años en Nueva York, conviviendo con personas de todo color y procedencia. Pero en una ocasión, visité una ciudad donde no había estado antes. Y allí estaba yo, una mujer blanca, en un automóvil blanco que se había descompuesto en medio de un barrio de gente de color. Por bajarme de prisa para examinar el motor, cerré el coche con las llaves adentro. A pocos metros había un edificio de departamentos en mal estado y un bar de aspecto sórdido al otro lado de la calle. Estaba anocheciendo, y no había ningún teléfono cerca.
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