En Su Libro El Padre Nuestro: Un puente hacia un mundo mejor, el Juez C.G. Weeramantry de la Corte Mundial plantea importantes preguntas sobre las perspectivas de establecer una paz duradera entre las naciones y poner en acción una justicia que sirva a todos los pueblos. En la cobertura del libro, se les pregunta a los lectores: "¿Hay esperanza de que haya un mundo mejor y más justo? ¿A dónde puede recurrir la gente para que se manifieste esa esperanza?"
El Juez Weeramantry responde que la respuesta se encuentra en el Padre Nuestro: "un tesoro de derechos humanos y legales..." El autor observa: "La humanidad ha buscado a lo largo de la historia un principio o ley más elevado que rija por encima de toda ley hecha por el hombre". Afirma que el Padre Nuestro proporciona una manera de alcanzar esa meta, y que esta oración establecerá "derechos y responsabilidades humanas sobre un principio más elevado que el puramente mundano". El Juez continúa: "Aquellos cuyos sistemas de creencias tengan a Dios como base, verán que ese principio más elevado está basado en la voluntad de Dios..." C.G. Weeramantry, The Lord's Prayer: Bridge to a Better World (Liguori, Mo.: Liguori/Triumph, 1998, pág. 32).
En sus escritos, Mary Baker Eddy honra claramente el Padre Nuestro, demostrando la bendición de comprender espiritualmente su mensaje inspirado y de esforzarse por practicarlo en nuestra vida diaria. El primer capítulo de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, el libro de texto de la Christian Science, se titula "La oración". Aquí ella escribe acerca de Cristo Jesús: "Nuestro Maestro enseñó a sus discípulos una sola y breve oración, el Padre Nuestro, que llamamos en su honor la Oración del Señor. Nuestro Maestro dijo: 'Vosotros, pues, oraréis así', y luego dio esa oración que abarca todas las necesidades humanas".Ciencia y Salud, pág. 16.
Para algunos quizás sea un concepto notable que esa oración pueda cubrir "todas las necesidades humanas". Es todavía más notable pensar que una sola oración pueda tener tal capacidad. No obstante las palabras —las verdades espirituales— de esa oración tan singular, vienen directamente del Salvador. La oración fue la verdad que Dios le reveló a Jesús y, por lo tanto, a la humanidad, cubriendo toda la gama de necesidades humanas.
A medida que se comprenden mejor las leyes de Dios —Sus leyes universales— presentes en el Padre Nuestro, el mundo comenzará a demostrar cada vez más la paz y justicia genuinas para todos los pueblos.
Para percibir mejor cómo las leyes divinas sustentan el Padre Nuestro y promueven una sociedad mejor y más justa, consideremos, por ejemplo, las palabras de Jesús que afirman el gobierno de Dios que todo lo abarca. Jesús oró: "Venga tu reino". En Ciencia y Salud, la Sra. Eddy incluye lo que ella considera que es el sentido espiritual de toda la oración (véanse págs. 16-17), y para esa línea específicamente explica: "Tu reino ha venido; Tú estás siempre presente".
El reino de Dios no es un lugar remoto después de esta vida, que podemos esperar alcanzar si somos lo suficientemente buenos. Es en cambio el aquí y ahora de la realidad espiritual de la vida, que envuelve a todos los hijos de Dios. Esta verdad ofrece una visión de la existencia, radicalmente diferente de la percepción sobre la vida que se tiene comúnmente, y que está definida por la limitación, la mortalidad y el materialismo caótico. La realidad espiritual revela que Dios está siempre presente, siempre con nosotros, y que Su reino ha venido —está ahora en nosotros, en la conciencia que Dios nos ha dado— como la comprensión de la armonía, la gracia, la paz y el bien continuos y absolutos. Esta verdad, o ley universal, aceptada, afirmada en nuestra propia oración, y vivida, es una fuerza poderosa e irresistible, que transforma nuestro pensamiento y nuestra experiencia, y de ese modo transforma nuestro mundo. La ley del bien siempre presente de Dios, nos gobierna a cada uno individualmente y a todos universalmente.
Consideremos otro ejemplo del Padre Nuestro: "Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra". Ciencia y Salud ofrece el sentido espiritual: "Capacítanos para saber que —como en el cielo, así también en la tierra— Dios es omnipotente, supremo". Una vez más, el poder y la regla gobernante de Dios no están confinados a un reino nebuloso que no se puede conocer, ni a una experiencia de una vida futura en el paraíso. Dios gobierna ahora, aquí, sin excepción; y Su gobierno lo incluye todo, es siempre amable, siempre justo, siempre bueno. Dios, la Mente única e infinita, o Principio, es el poder único e inteligente, la única fuerza, omnipotente. Y esta verdad —esta ley universal— cuando es aceptada, comprendida, declarada en oración, y vivida, también invierte los antiguos paradigmas materiales del pensamiento que pueden haber incluido temores por el futuro, desesperanza, sensación de ser inadecuado, etc. La ley divina nos ofrece valor y expectativa espiritual, y un nuevo sentido de capacidades ilimitadas, porque comprendemos que Dios es omnipotente, que el bien es todopoderoso, tanto en la tierra como en el cielo.
Otro ejemplo del Padre Nuestro: "Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores". En Ciencia y Salud, el sentido espiritual de esta frase nos asegura: "Y el Amor se refleja en amor.. . " Dios es el Amor divino y eterno. Lo que el Amor infinito crea, establece y determina, sólo puede expresar o reflejar la cualidad espiritual del amor puro. Dios, el Amor, nos crea a cada uno como Su imagen y semejanza espiritual. El Amor establece permanentemente el reino, o universo espiritual, en el que vivimos y nos movemos. El Amor determina el curso y propósito de nuestra vida individual en perfecta conformidad con la voluntad perfecta del Amor. En consecuencia, qué y quiénes somos, dónde vivimos y tenemos nuestro ser, y el resultado inmediato y final del propósito de nuestra vida, sólo puede expresar amor. Esta es la ley universal de Dios. A medida que esta ley es aceptada, comprendida y declarada en oración, y practicada diariamente, nuestra manera de pensar y de vivir es liberada. El pensamiento se purifica de prejuicios, falsos estereotipos, resentimientos y odios. Somos libres.
La ley universal de Dios libera nuestra manera de pensar y de vivir.
Por supuesto, hay mucho más en el Padre Nuestro cuando se ora con él, de lo que podemos analizar aquí. Sus lecciones se revelan continuamente. Sus expresiones de la ley divina y universal son profundas. El Padre Nuestro nos habla a cada uno individualmente de la manera que necesitamos escucharlo. cuando necesitamos escucharlo. Abre nuestro corazón y mente. Proporciona los medios espirituales para cumplir los anhelos más profundos que tiene la humanidad de tener "un mundo mejor y más justo" — "Porque Tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos".