Mi Vida Como Mujer se ha visto colmada de actividad por el matrimonio y la familia, así como por la educación en el seminario y mi ordenación como ministro en la denominación a la que me uní con mi esposo. Han sido años muy productivos. Sin embargo, yo sentía un anhelo interior por algo más profundo, que me satisficiera más. Este anhelo me llevó al estudio de la oración, y comencé a orar con empeño por aquello que no conocía. Leí incontables libros sobre la oración, y estuve en retiros prolongados que le daban distintos enfoques, ofrecidos por mi denominación.
Pronto descubriría que mi anhelo interior era el de conocer a Dios mejor por medio de la oración.
Pronto descubriría que mi anhelo interior era el de conocer a Dios mejor por medio de la oración, y que este deseo estaba siendo formado y guiado por Dios, aun antes de que me diera cuenta de ello.
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