Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

"KEATI"

Del número de marzo de 1999 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Un Hombre que había viajado mucho deseaba jubilarse desde hacía años e irse a vivir a Escocia, su país de origen. Finalmente se estableció allí en un pequeño pueblo del norte y a su casa le puso el nombre "KEATI". Su deseo era trabajar en el jardín y leer o escribir en paz, y no vio con agrado las visitas de sus vecinos. Tanto fue así, que cuando algún aldeano se atrevía a tocar el timbre para preguntarle qué significaba el nombre de la casa y qué idioma había utilizado, este señor contestaba: "'Keati' quiere decir 'no te metas donde no llaman' o '¿qué a ti?'"

¡Ésta era una manera poco cortés de dar lo que en realidad era un buen consejo! Jesús, en su manera cristiana, le enseñó esta misma lección a Simón Pedro, uno de sus discípulos. Después del desayuno matutino a orillas del mar de Galilea, Jesús le dijo a Pedro que debía apacentar sus ovejas. Pedro le preguntó qué iba a hacer Juan, otro de los discípulos, y Jesús contestó: "Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú". Juan 21:17, 20-23.

Esta enseñanza me interesó sobremanera porque la necesitaba mucho. Desde edad muy temprana siempre había tratado de ayudar al más débil, pero mis métodos no tenían mucho éxito. En el colegio, y más tarde en la oficina, me apresuraba sin que me lo pidieran a defender a los que consideraba débiles, y logré poco o nada. Hasta que un día llegué a la conclusión de que tenía que meterme en mis propios asuntos y no en los ajenos. Durante siete años luché para aprender a hacerlo, y derramé lágrimas en muchas ocasiones. Por más caos que hubiese a mi alrededor, logré no prestar atención y seguir trabajando con calma.

Al tratar de aprender esta lección me fui de un extremo al otro. Fue Caín el que preguntó: "¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?" Gén. 4:9. La parábola de Jesús del Buen Samaritano, Véase Lucas 10:30-37. demuestra que es necesario que cuidemos de nuestro prójimo. Mi problema era cómo alcanzar el punto de equilibrio correcto.

Durante un verano, en que acepté ayudar a unos amigos en el hotel de su propiedad, la siguiente frase, que es parte de la Declaración Científica del ser en Ciencia y Salud, me dio la clave. Dice: "Todo es Mente infinita y su manifestación infinita, porque Dios es Todo-en-todo".Ciencia y Salud, pág. 468:11-12. Mi trabajo era estar en contacto con los dueños, la gerencia, los empleados, los proveedores y los huéspedes. Cuando me pedían consejos oraba y luego daba una respuesta. Pero esta respuesta muy pocas veces era aceptada. Entonces empecé a darme cuenta de que en realidad no eran mis ideas ni las de ellos que gobernaban, sino Dios que nos gobierna a todos.

Poco a poco fui aprendiendo a cuidar de mi prójimo y de mis propios asuntos desde una base más correcta.

Cuando me pedían alguna opinión, la daba, y luego me callaba, ya que sabía que Dios estaba a cargo de todo, que la Verdad y el Amor divinos tenían el control de la situación. Si mi idea era la correcta. Dios la haría fructificar, porque en realidad era Su idea la que se estaba expresando. No necesitaba insistir. Pero si la opinión de otra persona estaba más cerca de lo correcto, esa idea prevalecería, y entonces, ¡estaría contenta por no haber insistido! La dirección amorosa de Dios se manifestaría sin utilizar métodos humanos, por más bien intencionados que fueran.

No quiere decir que no tengamos nada que hacer (pensando que Dios lo hace todo), sino que es sumamente importante disciplinar nuestro modo de pensar para saber que el Principio divino, y no la persona, gobierna y controla. La Sra. Eddy dice que "En la Ciencia, sólo el Amor divino gobierna al hombre". La frase completa en el Manual de La Iglesia Madre, dice asi: "En la Ciencia, sólo el Amor divino gobierna al hombre, y el Científico Cristiano refleja la dulce amenidad del Amor al reprender el pecado, al expresar verdadera confraternidad, caridad y perdón".Manual, Art. VIII, Sec. 1. Este texto está en un artículo titulado "Una Regla para móviles y actos" y es tan importante, que se lee en su totalidad una vez al mes en todas las iglesias de la Christian Science del mundo entero.

Cuando aprendemos a cuidar de nuestros propios asuntos manteniéndonos en contacto con la única Mente, nos vamos dando cuenta de que "En él vivimos, nos movemos, y somos", Hechos 17: 28. como dijo San Pablo. (Él dijo "vivimos", en plural, y no "vivo", en singular.)

Por cierto, esta comprensión aumenta la armonía en nuestras relaciones con el prójimo, nos permite sentirnos más felices al cumplir con nuestras responsabilidades, y nos lleva a expresar más salud en nuestra vida.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / marzo de 1999

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.