¿Qué impulsa a la gente a salir adelante y a empezar de nuevo, a veces, tras perderlo todo y después de sufrir una catástrofe o un desastre natural?
conductores del programa radial del Heraldo, conversaron sobre el tema.Christiane: Yo estaba pensando que cuando el pájaro pierde su nido, enseguida se pone a construir uno nuevo. Cuando a una planta se le cortan unas ramas, enseguida empiezan a crecer nuevas. Y el pasto, cuando uno lo pisa, enseguida se yergue de nuevo. Igualmente, vemos que en el transcurso de la historia, después de grandes cataclismos, pueblos enteros pudieron recobrar el ánimo y reconstruir sus vidas. Y muchas veces, reconstruirlas mejor de lo que eran antes. Se dice que el espíritu humano es flexible y que por ello se adapta a las nuevas necesidades. Pero pensándolo bien, ¿es que se trata simplemente de algo humano? Muchos piensan que, como en el caso de las aves, no es nada más que el instinto lo que nos ayuda a sobrevivir. Pero hay otros que ven en todo esto algo más, la influencia de algo muy superior a nuestras propias limitaciones humanas, la influencia benéfica de un Ser Supremo, que podemos llamar Dios, que es Vida, Amor o el Principio mismo que nos ha creado y que nos gobierna.
Hay un ejemplo en la Biblia que, cuando me siento un poco desalentada me ayuda mucho (véase 1 Reyes 19). Se refiere a Elías, el profeta. El relato dice que Elías, está totalmente desanimado y quiere morirse. Lo habían atacado, habían matado a todos los demás profetas, o él así lo creía, y él se sentía completamente solo, sin ayuda, y estaba pronto a suicidarse. Pero ahí mismo en el desierto, en ese desierto mental, se acuesta debajo de un árbol y se queda dormido. Al rato viene un ángel, lo toca y lo fortalece. Este ángel es un mensaje divino, una idea que le viene, que lo ayuda a superar esa depresión que sentía, y a estar nuevamente consciente del poder del bien y de Su mensaje. A partir de ese momento Elías no sólo recupera el ánimo, sino que continúa haciendo grandes obras, y finalmente la Biblia dice que él nunca llega a morir, sino que ascendió.
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