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El aliento de vida

Del número de marzo de 1999 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


"El Espíritu De Dios Me Hizo, Y el soplo del omnipotente me dio vida". Job 33:4. Este pasaje bíblico nos da la seguridad de que somos hijos de Dios y de que la vida verdadera viene de Él.

Recibimos gran consuelo cuando aceptamos lo que nos dice este versículo. Por ejemplo, la palabra soplo apunta a la inspiración divina, buenos pensamientos que se originan en el Espíritu, Dios, y que siempre están en equilibrio perfecto. Esa inspiración espiritual es infinita, por consiguiente, no podemos carecer de ella, ni puede ser escasa.

Si, como nos dice el primer capítulo del libro del Génesis, todo lo que Dios hizo "era bueno en gran manera", Él no podría haber impuesto ninguna restricción a una actividad correcta. El Apóstol Pablo declara de Dios, "... él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas". Hechos 17:25. El hombre creado a imagen y semejanza de Dios refleja la Vida divina, sin interrupción ni obstrucción. El hombre expresa la vitalidad del Ser divino e infinito.

Cristo Jesús dio el ejemplo de la filiación espiritual del hombre con Dios. En su obra sanadora Jesús siempre destacó su dependencia en Dios, el bien, como la fuente del poder que elimina las llamadas leyes materiales.. Hoy sentimos el poder sanador de Dios, el Amor divino, conforme tomamos conciencia de que Dios es Todo y de que el hombre es Su reflejo.

Para demostrar estas verdades en nuestra experiencia diaria, debemos obedecer este consejo de Isaías: "Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque, ¿de qué es él estimado?" Isaías 2:22. ¿Cómo podemos hacer esto? Obteniendo nuestra inspiración, nuestro entendimiento de la vida, de Dios, el Espíritu, no de la materialidad. Conforme dejamos de confiar en que los pulmones, el corazón, la sangre, son los que dan vida y aliento, dependemos cada vez más del Espíritu para todas nuestras necesidades de salud y vida, para su continuidad y abundancia ilimitada. Demostramos, progresivamente, la verdad de que el hombre es la expresión de la Vida, de la Verdad divina, Dios. Esto se manifiesta en mayor bienestar y salud.

Comprobé esto hace muchos años, en un momento en que se me había asignado un proyecto en mi trabajo. Estábamos trabajando en medio de un campo grande, rodeados de hectáreas de flores amarillas. Cuando llegamos admiré su serenidad y belleza. Sin embargo, muy pronto mis ojos empezaron a lagrimear y se me hizo difícil respirar. Uno de mis compañeros me dijo: "Eres alérgico a la vara de San José".

En cuanto volví a mi habitación llamé a un practicista de la Christian Science para que me ayudara por medio de la oración. Me pidió que estudiara ciertas citas de la Biblia y de Ciencia y Salud, mientras él oraba por mí. Antes de acostarme esa noche estaba completamente libre del problema. Jamás me volvió a ocurrir, a pesar de que trabajé en el mismo campo en dos o tres ocasiones más.

El tratamiento metafísico que me dio el practicista no requería de ningún medio artificial de respiración. Sólo por medio de la influencia de la Verdad, llegué a sentir que no podía haber poder aparte de Dios, la Mente divina, y que la inspiración de la Verdad y el Amor restauran la armonía. La Sra. Eddy escribe: "Toda Verdad proviene de la inspiración y de la revelación, –del Espíritu, no de la carne".La Unidad del Bien, pág. 46.

El hecho de que el bien divino tiene todo poder sobre el mal, es un mensaje fundamental de la Biblia. La certeza de que todo mal debe desaparecer ante la verdad del Amor divino, debe inspirar y dar valor a la humanidad para que aprenda a aceptar y manifestar esas cualidades buenas y perfectas que, como lo demuestra la Christian Science, verdaderamente nos pertenecen a todos como reflejo de Dios, la Mente omnipotente. La Sra. Eddy escribe: "Finalmente, se aprende que la Christian Science no es ningún despreciable acto de prestidigitación ideal, por el cual nosotros, pobres mortales, esperamos vivir y morir, sino un hálito fresco que, desde lo profundo, viene de Dios, por quien y en quien el hombre vive, se mueve y tiene su ser imperecedero".The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 195. El hombre es la expresión individualizada de la Vida infinita, la idea espiritual manifestándose, por siempre uno con la vida eterna. La inspiración de la Verdad y el Amor anima al hombre. El amor del Todopoderoso sostiene nuestra vida, dándonos paz, regocijo y libertad.

Así como abrir una ventana puede transformar la atmósfera de toda una habitación, un pensamiento espiritual puede ser suficiente para darle a la consciencia humana un respiro del cielo y producir la curación.

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