¿Acaso te llamas Sara o Ana? ¿Tienes alguna hermana que se llame Abigail o Ester? ¿Una prima que se llame Miriam o una amiga que se llame Débora? Estos siete nombres tienen miles de años. Pertenecen a mujeres que son muy importantes en la historia bíblica. El Tanak (Escrituras hebreas o Antiguo Testamento) hace referencia a tres de ellas, Miriam, Débora y Hulda, como profetisas (véase 2 Cron. 34:14-28). Podemos aprender mucho de estas siete mujeres.
Cada una de estas mujeres es única y lleva diferentes obsequios y talentos al pueblo de Israel. Les muestran lo que todas las personas son capaces de hacer. Y a través de su ejemplo, cada una continúa contribuyendo en el mundo de hoy.
Sarai
Primero nos encontramos con Sarai (cuyo nombre significa princesa) en el Génesis. A menudo se la menciona como la madre de naciones. Sarai lleva una interesante vida nómade como esposa de Abram. Después que ambos crecen considerablemente en su comprensión espiritual, Dios cambia su nombre por el de Sara y el de su esposo por el de Abraham (véase Gén. 17:15, 5).
Miriam
Miriam (otra versión de este nombre es María) bailó, cantó y tocó el pandero después que el pueblo hebreo cruzó el Mar Rojo y pasó de la esclavitud a la libertad. Esto ocurrió después que Moisés, hermano de Miriam, usara la vara de Dios para dividir las aguas.
Además de ser música y líder, Miriam era muy inteligente. Primero la encontramos en Egipto. Ella observa cómo la hija de Faraón recoge a Moisés, su hermanito bebé, de las aguas en su pequeña canasta. Entonces Miriam hace arreglos para que su madre crie a Moisés mientras éste (véase Éxodo 2:1-10).
Débora (abeja)
Débora era jueza sobre Israel. Ella arreglaba las disputas que había entre la gente desde su oficina que estaba debajo de un árbol. Puedes leer en la Biblia acerca de "la palmera de Débora" y cómo "los hijos de Israel subían a ella a juicio" (Jueces 4:5).
Débora estaba disponible para ayudar al pueblo aunque ella también estaba a cargo del ejército. Ella planeaba las batallas, y los comandantes recibían las órdenes de marchar de ella.
Ana (gracia)
Ana marcó un cambio en la manera en que las mujeres se expresan. Ella oraba en silencio, recurriendo directamente a Dios para que respondiera a sus oraciones. Ella también corrigió a un sacerdote y permaneció firme en su opinión cuando la acusaron falsamente. Ana es un ejemplo de valor moral y humilde autoconfianza. La Biblia explica lo que ocurrió en una ocasión cuando Ana estaba hablando con Dios: "Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; Elí (el sacerdote) la tuvo por ebria... Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová" (1 Samuel 1:13, 15).
Ana más tarde consagró a Samuel, su primer hijo varón, a Dios y al templo. Él llegó a ser un gran profeta.
Abigail (el padre está alegre)
Abigail era una diplomática y una embajadora de Dios. Cuando su esposo, Nabal, se comportó con rudeza con los mensajeros de David, Abigail hizo las pases con David (véase 1 Samuel 25:14-35). Esto impidió que David se vengara de Nabal, lo que podría haber hecho que David perdiera su futuro reino.
Después de la muerte de Nabal, "envió David a hablar con Abigail, para tomarla por su mujer" (1 Samuel 25:39). Fue entonces que comenzaron realmente las aventuras de Abigail. Ella fue raptada y luego rescatada por David. Vivió en medio de toda la acción.
Hulda (deslizarse como una comadreja)
El rey Josías envió a algunos de sus sirvientes y a un sacerdote a ver a Hulda para aprender más acerca del Libro de la Ley (véase 2 Cron. 34:14-28). Hulda les explicó que lo que está escrito en el Libro de la Ley es verdad. También les dijo que el pueblo hebreo había cometido un error muy grande al comenzar a adorar ídolos. Al final, las profecías de Hulda hicieron que el rey Josías y toda la nación hebrea volvieran a adorar y honrar al único Dios.
Ester (estrella)
Ester era una niña del pueblo que llegó a ser reina. Uno de los libros de la Biblia lleva su nombre. Ester arriesgó su vida para enfrentar al rey y salvar a los judíos de la inmediata amenaza de ser destruidos. Sus acciones, que salvaron al pueblo hebreo, son recordadas por los judíos en la fiesta del Purim. Cuando Ester se cuestiona si debe enfrentar al rey o no, su mentor y primo, Mardoqueo, le pregunta: "¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?" (Ester 4:14). Ester ilustra el hecho de que todos tenemos un propósito en nuestra época, nación y familia.
Si deseas ser un erudito o tener una carrera en política, el ejército, la iglesia o el templo, en las artes, o en cualquier otra área de la vida, estas siete mujeres son excelentes ejemplos que seguir. Ellas pusieron a Dios primero y tuvieron éxito en lo que hicieron. Y continúan a través de su ejemplo, bendiciendo a un sinnúmero de personas hoy en día.
    