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Estoy siempre en casa

Del número de junio de 1999 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Para dar su examen de admisión al último año de secundaria en Suiza, [Nombre omitido a pedido del autor] tuvo que escribir un ensayo. Las instrucciones decían: “Con tu mejor letra escribe un ensayo sobre el hogar”. Estaba escrito bajo las condiciones de “examen”, y recibió comentarios favorables del director de admisiones. Pensamos que a los lectores del Heraldo les interesaría leer estas ideas sobre el hogar.

La Condición y la calidad de nuestro pensamiento crea la atmósfera en la que vivimos. El adagio “El hogar se encuentra donde está el corazón”, aclara la idea de hogar.

Viví casi tres años lejos de casa, por lo cual tuve que redefinir mi concepto de hogar. Sin embargo, aun antes de que partiera rumbo a la escuela, tuve una experiencia cuando vivía en Australia, que me ha seguido ayudando a lo largo de los años. Durante nuestro segundo año ahí, justo después que cumplí doce años, mi madre y yo estábamos en casa una noche, cuando entró un ladrón. Aunque nos robó muy poco, todas las noches durante varios meses, me sentí bastante atemorizada. Me sentía tan sola, que mis padres tenían que volver temprano a casa cuando salían de noche para que yo me pudiera dormir.

Mis padres eran muy amorosos y me daban todo su apoyo, pero también eran muy firmes y me ayudaron a comprender que no tenía que tener miedo. Yo hasta había pensado que cuando nos mudáramos de vuelta a nuestra casa en los Estados Unidos, estaría lejos del peligro, y podría simplemente apartarme del temor.

Sin embargo, apoyándome en mi comprensión espiritual de Dios para sanar, aprendí una gran lección sobre la omnipotencia de Dios. Comprendí que Dios, el bien, es Todo-en-todo, y no deja lugar para el miedo. Yo no estaba fuera de Su cuidado en un país para recuperarlo en otro. El amor y la protección de Dios eran poderosos e ilimitados. El aprender esto hizo desaparecer completamente el temor. Pude redefinir el hogar como un concepto y no como un lugar. Mi pensamiento se elevó y tuve una perspectiva más amplia de hogar.

Este fundamento espiritual me ha permitido vivir con alegría y libertad en diferentes lugares del mundo. Las cualidades que tienen su fuente en Dios, tal como, estabilidad, consuelo, libertad y fortaleza, son sustanciales y eternas, y toman forma en la idea de hogar. El cambio en mi pensamiento me liberó del temor y arraigó mi idea de que el hogar es espiritual.

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