Cuando Estaba en la escuela secundaria, no veía el momento de recibir el número nuevo de mi revista de modas favorita. Parecía que la belleza estaba perfectamente encerrada en sus páginas.
Pero, ¿cómo podía hacer para estar a la altura de las agraciadas modelos que adornaban sus fotografías? Hice varios tipos de dietas, pero la pizza de los sábados por la noche arruinaba mis esfuerzos de la semana. Volvía a cero, donde los números de la balanza me hipnotizaban como si estuviera en una montaña rusa fuera de control.
En medio de todo esto, también asistía a una Escuela Dominical de la Christian Science. Aquí toda la belleza y el glamour que se me había fijado durante la semana, eran metódicamente puestos a un lado, dando paso a una definición totalmente diferente de belleza.
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