No sé realmente cómo empezó todo, pero la cosa es que hace unos tres años pude escapar del mundo del las drogas. Para formar parte de un grupo, o ser popular, consumir drogas parecía algo necesario. Me sentía presionada para ir con la corriente y probar eso que todos te dicen que te hace sentir tan "high" y tan "buena onda". Así fue como, cuando quise acordar, estaba atrapada.
Fue una pesadilla. Como no quería que mis padres me vieran drogada, en pleno invierno me pasaba las noches en la calle, a la intemperie, mientras ellos creían que estaba en casa de una amiga. Incluso robé a las personas que más quería para poder comprar drogas.
Luego de un par de años, mis padres comenzaron a notar cambios en mi comportamiento, y mis calificaciones en la escuela bajaron. Entonces descubrieron lo que estaba haciendo. Cortaron el contacto con mis amistades que tomaban drogas. Al dejar de tomar drogas mi cuerpo comenzó a resentirlo, y mis padres empezaron a orar por mí para ayudarme.
Entonces, debido al trabajo de mi padre, nos mudamos a Miami, en los Estados Unidos. Yo nunca había viajado en avión y estaba aterrada. Pero no quería tomar tranquilizantes para calmarme debido a mi reciente adicción a las drogas. El viaje fue muy traumático.
Durante los dos años que vivimos en Florida, viajamos a Boston, y tuvimos que ir en tren debido a mi miedo a volar. Fue durante los días que estuve allí que, por primera vez en meses, sentí que podía haber una salida, y era el estudio de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras. Yo sabía que este libro era mi única esperanza, lo sabía desde que había asistido a la Escuela Dominical de la Christian Science desde que tenía doce o trece años.
Leía el libro hasta altas horas de la noche, y a veces despertaba a mamá de madrugada para comentarle la maravilla de alguna frase que había encontrado, o alguna idea inspiradora que me venía al pensamiento. Fue como si comenzara a madurar. Empecé a sentirme más segura. Sabía que esta lectura estaba transformando mi manera de pensar, pero no recuerdo los detalles o pasajes que me impresionaron.
Estando en Miami, regresé a la escuela y terminé con buenas calificaciones, aunque siempre había pensado que yo no era inteligente y que me olvidaba de todo lo que aprendía.
Cuando regresamos a Montevideo, pude aceptar la idea de viajar en avión. Aunque seguía asustada, me senté cerca de mi mamá y cerré los ojos cuando el avión comenzó a carretear. Cuando despegó, el temor simplemente desapareció y disfruté mucho del viaje.
Asimismo, como resultado de estudiar Ciencia y Salud, mi salud comenzó a mejorar. Y sané completamente de la adicción a las drogas.
Después de regresar a Montevideo, vi el mundo desde una perspectiva diferente. Regresé a la escuela que había dejado, e hice nuevas amistades, y nunca más sentí la presión de mis amigos para tomar drogas.
Estoy muy agradecida a Dios por esta curación.
