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Sana de parálisis facial

Del número de julio de 2002 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Una mañana cuando me levanté, me quedé horrorizada al verme en el espejo. Tenía el rostro totalmente desfigurado. Tenía el lado derecho de la cara paralizado, me costaba mucho trabajo hablar y comer me era muy difícil. Los ojos los tenía muy afectados y más tarde, cuando una vecina me vio, se preocupó muchísimo.

Yo estaba muy asustada. Entonces, hablé con una practicista de la Christian Science, que es una persona consagrada a ayudar a los demás, cuando se lo solicitan. Esa señora me atendió con la convicción de que la curación espiritual está al alcance de los que la buscan. Me aseguró que me ayudaría, y me recomendó que leyera la Biblia y el libro Ciencia y Salud. Muy pronto me sentí más tranquila y pude yo misma orar también.

En mi oración reconocí que todo lo que Dios ha creado es bueno, que él no le manda ninguna aflicción a sus hijos y que las enfermedades son tan solo un concepto equivocado del pensamiento humano, porque Dios no las ha creado.

Tuve que tener paciencia y continuar orando, porque la mejoría no fue inmediata. A los pocos días noté que los síntomas iban disminuyendo, y en dos semanas prácticamente ya estaba bien.

El estudio de la Christian Science nos ayuda a comprender los mensajes bíblicos. Por ejemplo, en el Génesis (1:31) leemos que todo lo que Dios hizo fue muy bueno. Él creó al hombre a Su imagen y semejanza. Entonces el hombre es espiritual. La materia no fue creada por Dios, por lo tanto, no tiene inteligencia ni poder. Cuando percibimos y estamos convencidos de que Dios está siempre con nosotros, y que por ende sólo el bien puede estar presente, ya no tenemos temor. Esa convicción y el reconocimiento de la perfección de la creación divina hace que los síntomas de cualquier clase desaparezcan.

Podemos alcanzar esa conciencia iluminada a través de la oración y del estudio de estas verdades espirituales. Luego, a medida que las aplicamos de manera más constante, la oscuridad desaparece. Jesús dijo: “Si permaneciereis en mi palabra seréis verdaderamente mis discípulos. Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:31, 32). Es necesario entender que la creación es espiritual y perfecta.

Los vecinos se quedaron asombrados con esta curación, y les dio mucha fortaleza.

Estoy muy feliz de haber tenido esta oportunidad de relatar mi experiencia, pues Dios nos ha creado para Su gloria.


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