es artista plástica, pintora y maestra. Nació en Argentina, en un hogar donde la pasión por las artes reinaba sobre todas las cosas. Su padre es artista plástico. colaboradora invitada del Heraldo, la entrevistó.
¿Cuéntenos cómo nace su gusto por la pintura?
Nace en forma muy natural. Mi padre era obrero en una fábrica, y todas las tardes cuando regresaba a casa solía traer algún objeto de arte que realizaba durante su hora de descanso. Entonces, mientras mamá cocinaba y él tocaba su guitarra, nos daba a mi hermana y a mí un pedazo de algún material para que hiciéramos algo lindo con ello.
¿Qué temas le gusta pintar?
Pinto principalmente sobre cosas que me contó mi abuela. Recuerdo que de chica le decía: “Contame algo que te haya pasado”. Y con el tiempo, fui plasmando en imágenes lo que ella me contó.
¿Qué otras influencias han habido en su pintura?
Cuando terminé mis estudios conocí a muchos pintores, y de varios fui copiando sus estilos. Pero luego tuve que volver a esas imágenes de mi niñez y me reencontré con mis raíces. Descubrí que además de mi padre, algunos tíos y primos, quienes actualmente viven en Brasil, son artistas. Uno de ellos es Arrigo Bernabé, que es un cantante muy conocido en Argentina.
Muchas veces la pintura no es un arte “muy difundido”, ¿cómo hace para mantener su ideal?
El verdadero artista transforma algo feo en algo bello y transmite un sentimiento. No quiere vender, sino crear. No busca producir algo artístico, sino que se está expresando.
¿Qué expresa en sus pinturas?
Mis cuadros expresan mis estados de ánimo, mis pensamientos, todo lo que siento. En el fondo pienso que Dios es quien se comunica, ya que Él me ha dado el talento.
¿Ha expuesto sus obras?
Sí, he expuesto en Centros Culturales, en el Teatro San Martín... El lugar que más me gustó fue el Centro de Empleados de Comercio, ya que ahí expuse todo lo que hago, pinturas, grabados, etc. También gané un premio mención en un concurso en la Localidad de Lanús, Provincia de Buenos Aires.
¿De dónde saca la inspiración?
La encuentro en Dios. Siempre pienso que Dios está conmigo, y el Amor me inspira permanentemente. Por momentos siento que es la mano de Dios la que pinta.
¿Qué me puede decir de su carrera docente?
Soy maestra de Educación Plástica. En este campo también me apoyo mucho en Dios, especialmente cuando trabajo con adolescentes que tienen problemas de drogadicción, faltan a la escuela o han sufrido maltrato o violación.
En una oportunidad tuve una clase que tenía conflictos muy fuertes, como agresividad, miedo al rechazo, tendencia a marginarse, apatía. Oré a Dios para que pusiera en mi boca las palabras justas.
Siempre que hablaba con alguno de ellos pensaba en pasajes de los Salmos en la Biblia, como: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”. Salmo 46:1.
¿Mejoró la situación dentro del curso?
Cambió por completo. He comprobado que la oración puede cambiar cualquier problema o situación, por más dura que sea.
Durante una época trabajé en una escuela para niños pobres, en una zona bastante peligrosa. Les faltaban no sólo recursos, sino también afecto y esperanza.
Detrás del colegio había un basural inmenso. Un día, me vino la idea de orar por el barrio. Entonces les pregunté a los alumnos qué les gustaría que hubiera en esa zona. Ellos me respondieron que querían que sacaran el basural. Juntos pensamos en qué podrían poner allí y cómo podíamos colaborar para que se realizara. Todos los chicos fueron aportando ideas para mantener el barrio limpio, y me dijeron que querían una plaza en ese lugar. Les hablé de Dios y cómo yo oraba de chiquita. También les dije que cuando tenía algún deseo, primero lo dibujaba, le daba vida, color y lo ponía bello como quería que ese sueño se realizara. Después le ponía nombre y lugar. Entonces todos los chicos dibujaron una plaza y una calesita. Dos semanas después regresé a esa escuela y cuál no sería mi sorpresa cuando vi que ¡en la esquina había una calesita! Los chicos bailaban de contentos. Dos o tres años después pasé por ese barrio y en el lugar del basural habían hecho una plaza.
¿Parece que acostumbra a orar muy a menudo?
Sí. Todos los días leo pasajes de la Biblia y de Ciencia y Salud. Luego varias veces al día insisto en que Dios está conmigo, que me está acompañando. También suelo pensar en el Padre-Nuestro y su interpretación espiritual que aparece en Ciencia y Salud. Me gusta mucho el pasaje: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, y la interpretación de la Sra. Eddy que dice: “Danos gracia para hoy; alimenta los afectos hambrientos” porque abarca todo tipo de necesidades.Ciencia y Salud, pág. 16. Y con frecuencia me evalúo, de esa manera descubro cuál es mi talón de Aquiles, y dónde tengo que orar más para mejorar.
¿Cuándo conoció la Christian Science?
Mi prima me llevó a una Iglesia por primera vez cuando yo tenía 17 años, y continué yendo por varios años. Después me casé y tiempo después nació mi hija. Pero hubo problemas en el matrimonio y cuatro años más tarde me separé. Entonces emprendí una búsqueda personal, pero me mantuve alejada de la Christian Science durante 10 años.
¿En qué consistió esa búsqueda personal?
Busqué en la medicina alternativa, en otras religiones e incluso practiqué yoga. Seis años después de la separación empecé a sufrir de depresión. No podía salir, sentía conmiseración de mí misma, me sentía indigna, pensaba que todo me salía mal, y me condenaba de continuo. Yo era bastante agresiva y creo que de ahí vino la depresión, por todo lo que sufría y no podía manifestar. Tenía estados de confusión, de una ira muy grande que termina aplastándote. Dejé de tener fe. Y de pronto sentí que me arrodillaba, que le pedía ayuda a Dios, y ahí retomé el estudio de la Christian Science.
Resulta que un día, buscando “algo” de medicina alternativa para leer en mi casa, encontré el libro Retrospección e Introspección, escrito por Mary Baker Eddy, uno de los pocos que me habían quedado. Lo tomé y recordé que ya lo había leído, sin embargo, no lo tenía presente. Era como si nunca hubiera estudiado la Christian Science. Leí y aunque mejoré mucho en algunos aspectos, me costó terminar con la depresión.
¿Cómo regresó a la Christian Science?
Un día iba a la peluquería y tuve que volver a casa a buscar la dirección porque la había olvidado. Entonces vi una Iglesia de la Christian Science. Me costó entrar, me puse muy nerviosa. Pensé: “qué voy a hacer ahí”. Entonces llamé a la puerta y me atendió una señora que ya conocía. Le comenté que iba a la peluquería y había encontrado la iglesia, y me preguntó qué iba hacer a la peluquería un día lunes. (En Argentina, las peluquerías no atienden los lunes).
A partir de ese día no dejé de ir a la Iglesia. Iba a estudiar a la Sala de Lectura todos los días. Ese estudio me dio tal sentido de libertad, que la depresión desapareció por completo
¿Qué otros cambios observó a partir de ese momento?
Cambió todo. Se nota en mis pinturas y en la forma de trabajar con los alumnos. Sigo estudiando la Biblia y Ciencia y Salud, y cada vez con más frecuencia compruebo que las respuestas son inmediatas. Esta Ciencia me cambió la vida por completo.