Cuando Un Libro asume un papel preponderante en la expresión de la verdad espiritual, la protección de los derechos de autor es crucial. A medida que Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras comenzaba a ser conocido fuera de los límites de los Estados Unidos, más personas se interesaron en publicar sus propias traducciones del libro. Si hoy en día todo lo relativo a los derechos de autor de las obras literarias resultan irritantes para quienes ven pirateados sus trabajos, en los primeros años del siglo XIX, cuando los medios de transporte y las comunicaciones eran más lentos y rudimentarios, la situación debe haber sido mucho peor.
En 1914, cuando los Fideicomisarios designados por Mary Baker Eddy en su testamento, es decir los propietarios de los derechos de autor de las obras de la Sra. Eddy, se enteraron de que varias personas en Europa estaban haciendo esfuerzos conjuntos para publicar sus propias ediciones de Ciencia y Salud en inglés y otros idiomas, actuaron de inmediato. El asesoramiento recibido por los Fideicomisarios para proteger internacionalmente los derechos de autor de la Sra. Eddy sobre el libro, indicaba que se debían publicar ediciones oficiales de Ciencia y Salud en francés y otros idiomas.
Las tres personas seleccionadas para realizar la traducción al francés fueron Williamson de Visme, quien luego abandonó el proyecto, Carolyn Getty, una sanadora y Maestra de la Christian Science, y Alicia Tournier. En 1917, cuando la traducción estaba en una etapa muy avanzada, la Sra. Getty y la Srta. Tournier fueron invitadas a concluir el trabajo en los Estados Unidos. De esa manera se facilitaría la resolución de las dudas que habían surgido en el último momento y que debían ser resueltas.
Mientras las dos damas estaban en Boston, William D. McCrackan, uno de los redactores adjuntos de las publicaciones periódicas religiosas, le escribió a La Junta Directiva de la Christian Science para preguntarle si se podía publicar una nueva edición del Heraldo, pero en francés. Haciendo referencia a la traducción que se estaba llevando a cabo de Ciencia y Salud, les dijo: “Estoy hondamente impresionado por la necesidad que hay de realizar este trabajo cuanto antes y darle al maravilloso pueblo francés lo que se merece.
“A la vez creo, que si es posible, debería proporcionársele una publicación en su idioma, similar al Der Herold en alemán. Ya que están aquí con nosotros estas dos personas provenientes de París, parece propicia la oportunidad para comenzar a editar una publicación periódica de este tipo, siempre y cuando ustedes entiendan que ha llegado la hora para iniciar este proyecto”. Memorando de William D. McCrackan a La Junta Directiva de la Christian Science, 1° de febrero de 1917. Archivos de The First Church of Christ, Scientist.
Esa primavera, la Administración Fideicomisaria de La Sociedad Editora de la Christian Science, estuvo de acuerdo con McCrackan en que producir una edición en francés de El Heraldo de la Christian Science sería “algo excelente de concretar para cuando terminase la Guerra [Primera Guerra Mundial]”. Acta de los Fideicomisarios de La Sociedad Editora de la Christian Science, 18 de abril de 1917. Archivos de The First Church of Christ, Scientist. Recomendaron que se diseñara con el texto en inglés de un lado y el francés del otro — el mismo formato que hoy en día todavía se usa en todas las traducciones de Ciencia y Salud. Hasta ese momento, la edición alemana del Heraldo, sólo tenía textos en alemán. La recomendación de incluir la versión en inglés de un lado y la misma versión en el otro idioma en la hoja opuesta, inició un período bilingüe en todas las versiones del Heraldo, lo que prevaleció durante décadas. No fue sino hasta 1990 que se dejó de incluir la versión en inglés en todas las publicaciones periódicas. En ese momento se reconoció que la premisa del doble lenguaje constituía un impedimento para la identidad y el servicio de estas publicaciones, de acuerdo con el área del idioma para la que habían sido escritas.
Mientras se llevaban a cabo estas discusiones acerca de la conveniencia de producir esta nueva revista, arreciaban los ataques de los submarinos alemanes contra las naves estadounidenses. Ya en agosto de 1917, los traductores estaban “varados” en Boston, porque la travesía por mar se consideraba muy riesgosa y no podían obtener los permisos correspondientes para regresar a Francia. Como consecuencia de estas complicaciones, la Junta Directiva recomendó a los Fideicomisarios que emplearan los servicios de estos especialistas para traducir al francés volantes con el fin de hacerlos circular entre los soldados en los Estados Unidos y en Francia. Memorando de La Junta Directiva de la Christian Science a los Fideicomisarios de La Sociedad Editora de la Christian Science, 27 de agosto de 1917. Archivos de The First Church of Christ, Scientist.
Pocos meses después, en noviembre del mismo año, los planes para publicar la edición francesa del Heraldo, estaban prácticamente listan. Además de artículos, editoriales y testimonios de curaciones, la nueva publicación incluiría las Lecciones Bíblicas producidas por la Sociedad Editora como guía para el estudio individual, así como también para los servicios dominicales de todas las iglesias de la Christian Science. Más adelante estas lecciones serían provistas en una publicación separada, denominada el Cuaderno Trimestral de la Christian Science.
Le Heraut de la Christian Science apareció por primera vez en enero de 1918. Esta edición en francés surgió bajo la presión ejercida por las carencias provocadas por la guerra. Estas carencias incluían la escasez de recursos materiales tales como papel y tinta, así como también la reducida disponibilidad de personal para producir la publicación, dado que muchos hombres se encontraban en el frente de batalla.
La primera edición de la revista presentaba un artículo llamado “Principio y Práctica”, escrito por la Sra. Eddy y publicado anteriormente por el Christian Science Sentinel. Éste fue seguido por un cautivante relato de cómo una mujer oró cuando el barco en el que viajaban ella y su esposo, fue alcanzado por un torpedo. Un lector contemporáneo, revisando los detalles de la narración, podría haber encontrado paralelismos con algunas de las historias de los sobrevivientes del Titanic. Véase Ida E. Bier. “El amor nunca falla”, El Heraldo de la Christian Science, enero de 1918, páginas 2 a 4. Estos testimonios de la protección divina deben haber sido un mensaje tranquilizador para las traductoras que aún debían cruzar el Atlántico para llegar a su patria.
Otros artículos en ese ejemplar se referían a varios aspectos de la curación. Un soldado que narraba sus experiencias en la gran batalla de Ypres, en Bélgica, así como en otras batallas, contaba de forma vívida las situaciones que los hombres tuvieron que enfrentar en la Primera Guerra Mundial. Las declaraciones sobre espiritualidad impregnan el artículo, y tienen mucha autoridad ya que el autor las escribió en pleno campo de batalla y se refiere siempre a sus propias experiencias. En una parte él cuenta: “Aquí hay un lugar en una carretera muy conocida, que conduce hasta las trincheras, que lleva el nombre de ‘El recodo de fuego del infierno’. Y tenemos que pasar por allí todas las noches con el uniforme de fajina. Siempre bombardean ese recodo, a veces durante la noche, y uno nunca sabe en qué momento caerán los proyectiles. Cuando me acerco a ese lugar, en vez de llamarlo de ese modo y esperar que caigan los proyectiles, pienso que es ‘El recodo del Amor’, porque sé que el Amor está allí así como está en todas partes del mundo; y que la presencia de Dios no está más en algunos lugares que en otros, ya que Él llena todo el espacio. Por lo tanto no existen lugares peligrosos para la idea de Dios”. Véase Reginald Lavery, “El poder sostenedor de la verdad”, El Heraldo de la Christian Science, enero de 1918, páginas 7 a 10.
El ejemplar también incluía cuatro editoriales, de los cuales dos trataban directamente sobre las condiciones en tiempo de guerra. La naturaleza internacional de la revista fue fortalecida con testimonios de Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Noruega, Holanda, Suiza, Suecia, Australia, Sudáfrica, India y también de Estados Unidos.
Los desafíos que la Segunda Guerra Mundial impuso a los Científicos Cristianos en Francia, se detallan en algunos artículos de ese ejemplar. Como es sabido, después que Alemania invadió Francia, muchas libertades fueron suprimidas. Al igual que en Alemania, algunos Científicos Cristianos fueron internados en campos de detenidos, pero luego muchos de ellos fueron liberados ilesos. Los invasores clausuraron iglesias y prohibieron la circulación del Heraldo y del Cuaderno Trimestral de la Christian Science. No obstante, el control de las acciones de los individuos no fue tan riguroso en Francia como en Alemania.
Al término de la guerra, surgió un creciente interés en la religión y las iglesias reabrieron y asistieron gran cantidad de personas que buscaban respuestas espirituales. La Christian Science también comenzó a expandirse hacia otras áreas de habla francesa. Entre otras, el Congo, que a la sazón aún estaba bajo el colonialismo belga. En 1958, un individuo llamado Monkoy Albert, realizó un viaje en barco entre Kinshasa (conocida anteriormente como Leopoldville) y Kisangani (antes Stanleyville), en el Congo del Norte. Un pasajero sudafricano que iba en el mismo barco le dio a Monkoy un ejemplar del Heraldo en francés, y éste, después de leerlo, comenzó a cartearse con aquel.
En 1959 Monkoy empezó a reunirse con algunos amigos en Kinshasa para orar. Los asistentes no tenían ejemplares del Trimestral ni del Manual de La Iglesia Madre, que podrían haberlos orientado para establecer una iglesia filial. Ni siquiera tenían un suministro regular de Heraldos. No obstante, daban cuenta de maravillosas curaciones. El Sr. Monkoy regularmente accedía a orar por otros, quienes eran a su vez sanados de sus dificultades. Sus actividades sanadoras llamaron la atención del gobierno colonial belga y fue arrestado a menudo. Por ésta y otras razones, el grupo se reunió clandestinamente para orar hasta 1962. Dado que no conocían el orden de los servicios en las iglesias de la christian Science, adoptaron numerosas tradiciones de las prácticas religiosas africanas que incluían velas y luces rojas.
Posteriormente, en 1962, un diplomático estadounidense que también estudiaba la Christian Science, visitó en forma individual a cada uno de los miembros del grupo, explicándoles más acerca de la oración y de las enseñanzas de la Christian Science. Esto llevó a que el grupo se reorganizara entre 1963 y 1964.
En 1987, el inicio de la emisión radial del Heraldo en francés tuvo un impacto inmenso en las actividades de La Iglesia Madre en todo el mundo, especialmente en las áreas de África donde se habla francés. En muchos países, viajar era difícil y peligroso, por lo tanto, el uso de radios de onda corta se generalizó y aún continúa usándose. Entre esos tempranos radioescuchas regulares de la emisión de onda corta, estaba Emmanuel Moukouangala, el Pastor de una iglesia protestante. Se interesó tanto, que con el tiempo, dejó su ministerio y se hizo Científico Cristiano. Pese a que ya antes muchas personas habían estado estudiando la Christian Science en el área del bajo Congo, a partir de 1970, el interés del Pastor Moukouangala inició una actividad significativa en la región. Desde entonces, ha habido un crecimiento sostenido en estos grupos.
La Christian Science fue introducida en Togo en 1983, por un refugiado de Ghana llamado E. B. Millis, que estudiaba la Ciencia. Togo es un pequeño país predominantemente católico y protestante en el sur, y musulmán y católico en el norte. En 1983 la Iglesia Madre comenzó a enviar publicaciones periódicas al pequeño grupo de Científicos Cristianos del área, y éste ha crecido en forma sostenida. En los últimos años, gracias a la transmisión de onda corta del Heraldo en francés, La Sociedad de la Christian Science en Lomé, capital de Togo, se ha convertido en un recurso para los oyentes que están interesados en saber más acerca de esta Ciencia.
Aunque el diseño gráfico y la composición de la edición impresa en francés parecieron haber estado estancados por un período (al igual que había ocurrido con la edición en alemán) los inspiradores y animados programas de onda corta, llevaron esperanza literalmente a miles de radioescuchas. En la década del 90, al rediseñarse totalmente las ediciones del Heraldo, las transmisiones radiales recibieron un impulso: se les dio más vivacidad y riqueza, mientras que a las publicaciones impresas se les dio colorido y más facilidad de lectura. Dado que las emisiones radiales aumentaban el apetito de los oyentes por un alimento espiritual más profundo, muchas personas decidieron suscribirse a las publicaciones periódicas. En la actualidad, los países africanos que cuentan con suscriptores de la edición francesa del Heraldo son los siguientes: Camerún, Costa de Marfil, República del Congo, Congo, Kenya, Ruanda, Sudáfrica, Togo, Zambia, la República Central de África, Burkina Faso, Benín, Angola, Burundi, Ghana, Senegal, Uganda, Suazilanda, Chad y Malawi.
Hoy, gracias a la creciente participación internacional de gente que habla francés en todo el mundo, las emisiones radiales y las ediciones escritas del Heraldo, hablan a una amplia audiencia; desde el sofisticado parisino al hombre de negocios de Camerún, desde el estudiante en Quebec, Canadá, al soldado de guardia en Ruanda.
Algunos sucesos mundiales en sinopsis
1910
• China abolió la esclavitud
• Japón conquista Corea
• Portugal se declara República
1911
• Cae la dinastía Manchú, se declara la República China bajo la presidencia de Sun Yat-sen al año siguiente
1911-1912
• Se desata la guerra entre Italia y Turquía
1912
• La Sociedad Editora de la Christian Science anuncia la próxima publicación de la traducción al alemán de Ciencia y Salud.
• El Titanic choca contra un iceberg y se hunde cerca de Terranova
• Se publica la traducción de Ciencia y Salud en alemán
1912 — 1913
• Estalla la guerra en los Balcanes
1913
• Noruega es el primer país europeo en otorgar el derecho al voto a las mujeres
1914
• Comienza la Primera Guerra
Mundial
• Se inaugura el Canal de Panamá
1915
• La revisión de la Constitución de Dinamarca le otorga el voto a las mujeres
• El Lusitania es hundido por un submarino alemán; se produce el primer ataque de un Zeppelin sobre Londres
1917
• Comienza la revolución rusa; el Zar Nicolás II y su familia son ejecutados en 1918: la guerra civil se prolonga hasta 1920
1918
• Se publican las ediciones de las traducciones al francés del Heraldo y de Ciencia y Salud
• En noviembre finaliza la Primera Guerra Mundial.
1919
• Benito Mussolini funda el partido Fascista en Italia
• A consecuencia del Tratado de Versalles queda sembrada la semilla de la Segunda Guerra Mundial
1920
• Se funda la Liga de las Naciones