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Para Teens

Me acosaban y la solución fue la oración

Del número de agosto de 2002 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Si Miras en Internet, te sorprenderás al ver la cantidad de sitios en la Web que hablan sobre distintos tipos de acoso. Allí escribe gente de Europa, Asia y Norteamérica. A mí también me acosaron en varias oportunidades.

Cuando tenía seis años nos mudamos de los Estados Unidos a Japón porque mi papá había conseguido un trabajo en el gobierno. No había ningún colegio internacional cerca de donde vivíamos, de manera que mis padres nos inscribieron a mí, a mi hermano y a mi hermana mayor, en las escuelas japonesas locales en Tottori, donde vivíamos. Ninguno de nosotros hablaba, leía o escribía japonés. No obstante, yo me hice de muchos amigos japoneses que jugaban conmigo.

Cuando estaba en tercer grado mi familia se mudó a Yokohama, la segunda ciudad más grande de Japón. En esta escuela, a principio todo el mundo estaba muy entusiasmado de que hubiera una extranjera en la clase. Pero semanas después comenzaron a burlarse de mí. En una ocasión un chico me golpeó en el estómago. Yo me aguanté, pero mi maestra lo supo y trató de hablar con los muchachos después de clase y les dijo que dejaran de molestarme, pero eso no ayudó. Era la primera vez que me ocurría algo así, y no podía comprender por qué me había transformado en el blanco.

Mis padres y yo conversábamos mucho sobre lo que estaba ocurriendo. Me di cuenta de que el único motivo por el que mis compañeros tenían esa actitud conmigo era porque yo era extranjera y mi aspecto físico y mi manera de actuar eran diferentes que las de ellos. Con mis padres hablamos sobre la idea de que Dios es Amor, como dice la Biblia, y ellos me dijeron que todos, incluso los que me acosaban, podían sentir el amor de Dios y dejar de lastimar a los demás.

En la Biblia también leemos que Dios nos creó espiritualmente, Véase Génesis 1. y para mí eso quería decir que ante los ojos de Dios todos somos iguales. Pienso que habrá muchos menos conflictos entre las razas cuando todos nos comprendamos mejor. Nos podremos querer más los unos a los otros y así sanar el odio que pueda existir.

Sin embargo, me resultaba muy difícil y muchas veces no quería ir al colegio y deseaba poder huir. Al terminar el año escolar, me transfirieron a otra escuela en la que no tuve tantos problemas.

Pero entonces, cuando estaba en sexto grado, había una chica que se llamaba Yuriko, que era muy mala conmigo. Trataba de influir a los otros chicos para que hicieran lo mismo. Y yo tuve que orar por el acoso nuevamente. Durante esa época comencé a amar más la Christian Science porque me ayudaba a ser más fuerte por dentro, y no ser una persona débil, o sentirme víctima de las circunstancias.

Después que me gradué del sexto grado no volví a ver a Yuriko de nuevo.

Ahora estoy en noveno grado y las cosas han estado muy bien. Tengo buenos amigos japoneses y nadie me molesta.

Todos los días, antes de ir a la escuela, trato de tomarme unos momentos para orar para que las cosas vayan bien. Entre otras cosas pienso en lo siguiente:

• Hoy es el día que hizo Dios, por lo tanto, es completamente bueno.

• Todos los hijos de Dios (tú y yo) quieren amarse los unos a los otros, no importa lo que digan o hagan.

• El Amor elimina el odio y el temor.

• Dios está conmigo, incluso en la escuela.

Estas ideas realmente me han ayudado con mis amigos y con las tareas de la escuela. Y espero que ayuden a cualquiera que sufre acoso, e incluso a aquel que actúa mal y está acosando a los demás.

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