Hace unos meses el mundo fue testigo de uno de los pasos más importantes que se han dado en la historia moderna hacia la unidad internacional, al entrar en vigencia el euro, moneda común que unifica las economías de 12 países europeos. El estado de ánimo predominante entre los habitantes de Europa en ocasión de la transición fue descrito como “euro-foria”.
Cuando mi amiga Magda, de San Pablo, Brasil, llegó a Viena, Austria, para pasar las vacaciones de fin de año conmigo, vimos en muchas vidrieras la siguiente frase: “Hurra, Europa, der Euro ist da!” (¡En hora buena, Europa! ¡Ha llegado el euro!). El primer día del año nos sorprendió, junto a muchos otros ciudadanos locales y turistas de muchos países, haciendo cola para obtener nuestros primeros billetes de la nueva moneda.
El hermoso billete del euro es un mensaje en sí mismo. Magda me hizo ver que los puentes, las ventanas, las puertas y los corredores que aparecen en su diseño indican que las antiguas barreras se han superado y las divisiones del pasado han quedado atrás. Este extraordinario acontecimiento se produjo naturalmente, luego de la caída del muro de Berlín en Alemania, el fin del apartheid en Sudáfrica y la dominación soviética en Europa oriental.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!