¿Es la salud o la vida algo más que una reacción química? El aumento en el número de productos químicos para alterar la mente, modificar el comportamiento, regular el cuerpo, y lograr otros efectos, hacen que esta pregunta adquiera más importancia. Ya sea que uno esté previniendo un ataque de depresión, presión sanguínea alta o baja, un comportamiento antisocial, diabetes, impotencia o hiperactividad, hay drogas que se ofrecen para controlar todo eso. Si uno quiere simplemente distenderse o divertirse con más ganas, aumentar el placer físico o escaparse de la presión diaria, siempre surge algún fármaco que pretende ser idóneo para lograrlo. Detrás de la mayoría de los mensajes de los medios de comunicación está la idea de que debería haber una droga que responda a cada necesidad humana. Nos dicen que si hoy no existe determinada droga, es necesario proveer los fondos para llevar a cabo la investigación que la propicie.
Esas pastillas no podían tener ningún poder a menos que yo así lo creyera.
Sin embargo, si uno busca en Internet descubre que mucha gente se preocupa al ver que la sociedad se está apoyando tanto en las sustancias químicas para controlar el comportamiento y regular la salud. Muchos se preguntan si la cantidad de medicamentos que toma un individuo promedio tiene algún sentido. Por ejemplo, hace poco fui a visitar a unos amigos, y uno de ellos terminó, primero el almuerzo y luego la cena, tomando de diez a quince píldoras, desde suplementos vitamínicos a medicamentos para el corazón. Para él cada píldora es importante para mantener su salud.
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