Leemos en la Biblia: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican” (Salmo 127:1) y “No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador...” (Salmo 121:3-5). Al orar por la seguridad de mi familia y de mi hogar, he aprendido a confiar en declaraciones de las Escrituras y he tenido muchas pruebas de protección divina.
Desde mi ventana había visto, en más de una ocasión, a individuos en actitud sospechosa, escondidos detrás del local de la escuela que está frente a mi casa, donde no podían ser vistos desde la calle. Cada vez que eso ocurría, yo me ponía a orar, reconociendo la presencia de Dios, tras lo cual esas personas se iban, sin que fuera necesario llamar a la policía.
En una ocasión, estando yo sola en mi casa, el vecino vio a un hombre parado en la calle, mirando hacia mi ventana, por lo que decidió llamar a la policía. Cuando ésta llegó, el hombre se había ido por sus propios medios.
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