Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

La oración es la mejor protección

Del número de enero de 2003 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Leemos en la Biblia: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican” (Salmo 127:1) y “No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador...” (Salmo 121:3-5). Al orar por la seguridad de mi familia y de mi hogar, he aprendido a confiar en declaraciones de las Escrituras y he tenido muchas pruebas de protección divina.

Desde mi ventana había visto, en más de una ocasión, a individuos en actitud sospechosa, escondidos detrás del local de la escuela que está frente a mi casa, donde no podían ser vistos desde la calle. Cada vez que eso ocurría, yo me ponía a orar, reconociendo la presencia de Dios, tras lo cual esas personas se iban, sin que fuera necesario llamar a la policía.

En una ocasión, estando yo sola en mi casa, el vecino vio a un hombre parado en la calle, mirando hacia mi ventana, por lo que decidió llamar a la policía. Cuando ésta llegó, el hombre se había ido por sus propios medios.

En vista de esa situación, nuestros vecinos decidieron formar una comisión de seguridad vecinal, pero yo continué confiando en Dios. Si bien la comisión nos dio la oportunidad de expresar solidaridad, amor recíproco y otras cualidades semejantes, yo he continuado orando para solucionar los problemas que se presentan.

Una vez me di cuenta de que los guardias contratados por la comisión abandonaban su trabajo mucho antes de cumplir su horario. Algo andaba mal, pero no podía entender qué. Al orar, me di cuenta de que Dios gobierna todas las cosas en armonía y que el mal no tiene poder para infiltrarse o esconderse. Estudié el siguiente pasaje de Ciencia y Salud: “Los pensamientos y propósitos malos no tienen más alcance ni hacen más daño, de lo que la creencia de uno permita. Los malos pensamientos, las concupiscencias y los propósitos malévolos no pueden ir, cual polen errante, de una mente humana a otra, encontrando alojamiento insospechado, si la virtud y la verdad construyen una fuerte defensa” (pág. 234).

Pronto descubrimos que un ex empleado había estado saboteando nuestras decisiones y utilizando medios encubiertos para lograr contratos para otro grupo. Al enterarse de esto, uno de los directores de la comisión se encolerizó y yo tuve la oportunidad de calmarlo, explicándole que el mal cuando es descubierto se destruye más fácilmente y no tiene poder para perjudicar a aquellos que trabajan con móviles nobles, puesto que Dios es el único poder. Evidentemente, la espiritualización del pensamiento ayudó a resolver el problema.

Gracias a las enseñanzas de la Christian Science, he comprendido que estamos sujetos sólo a lo que viene de Dios, que nos protege y bendice a todos.


Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / enero de 2003

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.