Algunos Pasajes del Apocalipsis nos sorprenden al hablar de un dragón escarlata, de caballos de diferentes colores y de otros seres fantásticos. Sin embargo, sabemos que en ese libro de la Biblia los mismos son una alegoría para representar la lucha entre el bien y el mal. Nadie creería que son animales de verdad ni los temería como tales. No obstante, a veces enfrentamos situaciones en la vida, ya sea terrorismo, enfermedad, falta de recursos, donde nos sentimos como frente a un gran dragón escarlata que nos llena de temor.
¿Qué Pasaría si enfrentáramos a ese dragón como si fuera una ilusión, con la seguridad de que ya tenemos lo que necesitamos para vencerlo? Me estoy refiriendo a nuestra espiritualidad. A medida que conocemos la relación que tenemos con nuestro Padre celestial y vamos comprendiendo que Dios es el único poder que existe, el mal va perdiendo para nosotros realidad y el temor comienza a desaparecer hasta que finalmente se diluye en la nada. Como mencionan algunos de los artículos en este Heraldo, la espiritualidad nos ayuda a enfrentar nuestros desafíos, incluso las situaciones peligrosas, con el entendimiento de que Dios es todopoderoso y omnipresente, y que por lo tanto el mal no tiene lugar donde afianzarse y engañarnos.
En este número también hablamos de la importancia de ayudar a los demás a superar sus problemas y de estar cada día agradecidos por el bien que nos rodea.
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