En esta reunión de 2008, lo que más me conmovió fue la integración y unidad en el movimiento de la Ciencia Cristiana. Percibí que con la simplicidad del Cristo, las iglesias en diferentes lugares se unen para expresar al Amor divino y cumplir su propósito. Una idea muy inspiradora fue la analogía que hizo el Tesorero cuando dijo que así como sabemos que la sangre no es lo que mantiene el cuerpo con vida, podemos saber que no es el dinero ni la situación financiera lo que determina la continuidad del Cristo. Fue maravillosos reunirse con nuestra familia de Científicos Cristianos en esta Asamblea Anual.
São Paulo, Brasil
Hace unos días cuando salía de casa me preguntaron por qué había decidido repentinamente venir a Boston a la Asamblea Anual, y me di cuenta de que fue el tema de la reunión de este año lo que me atrajo tanto. Siempre me había gustado el pasaje de Pablo donde habla de la “simplicidad que hay en Cristo”, y encuentro cada vez más que esa simplicidad es el sentimiento correcto en toda circunstancia. Me encantó escuchar que la simplicidad está conectada con la pureza y la claridad, como vimos en los dos ejemplos de esas iglesias cálidas y vibrantes —videos de Brasil y Estados Unidos. Y los diálogos de la Junta fueron conversaciones francas y sencillas. Me fui con ideas simples y útiles, tal como la que dice que uno no puede expresar verdadero cristianismo sin pureza moral. También, que la teología de la Ciencia Cristiana es simple. Estoy muy contenta de haber venido.
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