Envíame, Padre, pétalos de ternura
enséñame la imagen iluminada del Amor.
Rocía en mi vida el aroma generosos de las rosas,
sin espinas,
de las caricias de una Madre.
Mójame con la miel y la dulzura
de un hermano sincero, bondadoso y protector.
Báñame con palabras verdaderas, que alegren y resalten
con colores,
la belleza de la naturaleza de un amigo,
siempre dispuesto a escuchar
a consolar y a alentar.
Derrama sobre Tu amada hija Tu amor poderoso
que sana heridas, que rompe la cáscara del odio
y hace germinar entre flores la armonía.
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