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Los pensamientos puros son mi mejor protección

Del número de enero de 2012 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El año pasado estudié mucho el concepto de Dios como Amor. Mi comprensión ha ido desarrollándose; ha sido una aventura muy grande acercarme al Amor. He sido bendecida con la oportunidad de ir a Brasil con un grupo de estudiantes de la Universidad de Principia y desde entonces, y desde que estoy en Brasil, mi comprensión del Amor se ha ido expandiendo.

Durante los viajes que he hecho dentro de Brasil, he tratado de verme a misma más que como una estudiante, como una sanadora. Aqui, tengo la función de compartir el poder sanador del Cristo. Con ese propósito, he tratado de mantener mi pensamiento elevado a un nivel más espiritual para poder amar más. En Escritos Misceláneos. Mary Baker Eddy escribe: “Al purificar el pensamiento humano, este estado de ánimo penetra con acrecentada armonía todas las minucias de los asuntos humanos”.Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 204. Percibí que si lograba mantener pura mi atmósfera mental, esa pureza tendría un efecto sanador en todo lo que sucediera a mi alrededor.

En la Biblia, Jesús pudo calmar el mar expresando al Cristo, la manifestación divina de Su Padre-Madre Dios. En lugar de ser victima de hechos naturales, la tranquila atmósfera mental de Jesús dictó cómo debía ser su ambiente. Una y otra vez, he visto evidencias de este poder sanador en mi viaje, pero no fue sino hasta hace muy poco que percibí el alcance de este poder. Siempre que mi pensamiento se concentra en amar a los que me rodean, soy protegida y tranquilamente apartada de situaciones que podrían ser amenazantes. Todos los buenos pensamientos que abrigo son mi protección.

Por ejemplo, uno de los ajustes que tuve que hacer en Brasil fue cómo lidiar con los hombres que me llamaban en las calles o se me acercaban tratando de agarrarme de la mano. No obstante, me di cuenta de que a pesar de las circunstancias, nunca me he sentido amenazada o en peligro, y he sido apartada de cada situación con mucha calma. Mi atmósfera mental gobierna mi experiencia humana, y el Cristo dicta toda acción. Puesto que mis obras han estado gobernadas por los móviles puros de ser una sanadora, he podido estar en los negocios de mi Padre sin que me toque el mal, porque sé que en la realidad divina cada uno de los hijos de Dios es puro y completo. Sólo la pureza de Dios puede tocarme.

Aunque estoy muy lejos de mi país de origen, los Estados Unidos, estoy siempre incluida en el amor de mi Padre-Madre. No podría estar más agradecida por esta experiencia de aprendizaje. Mi amor, bondad y pensamientos elevados han sido mi protección. Sin embargo, lo más importante, es que mis oraciones me han demostrado que el mal no es real y me han acercado más al Amor divino, haciéndome sentir siempre protegida.

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