El año pasado estudié mucho el concepto de Dios como Amor. Mi comprensión ha ido desarrollándose; ha sido una aventura muy grande acercarme al Amor. He sido bendecida con la oportunidad de ir a Brasil con un grupo de estudiantes de la Universidad de Principia y desde entonces, y desde que estoy en Brasil, mi comprensión del Amor se ha ido expandiendo.
Durante los viajes que he hecho dentro de Brasil, he tratado de verme a misma más que como una estudiante, como una sanadora. Aqui, tengo la función de compartir el poder sanador del Cristo. Con ese propósito, he tratado de mantener mi pensamiento elevado a un nivel más espiritual para poder amar más. En Escritos Misceláneos. Mary Baker Eddy escribe: “Al purificar el pensamiento humano, este estado de ánimo penetra con acrecentada armonía todas las minucias de los asuntos humanos”.Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 204. Percibí que si lograba mantener pura mi atmósfera mental, esa pureza tendría un efecto sanador en todo lo que sucediera a mi alrededor.
En la Biblia, Jesús pudo calmar el mar expresando al Cristo, la manifestación divina de Su Padre-Madre Dios. En lugar de ser victima de hechos naturales, la tranquila atmósfera mental de Jesús dictó cómo debía ser su ambiente. Una y otra vez, he visto evidencias de este poder sanador en mi viaje, pero no fue sino hasta hace muy poco que percibí el alcance de este poder. Siempre que mi pensamiento se concentra en amar a los que me rodean, soy protegida y tranquilamente apartada de situaciones que podrían ser amenazantes. Todos los buenos pensamientos que abrigo son mi protección.
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