Algo notable, aunque muy natural, ha estado ocurriendo aquí en el departamento editorial donde se publica El Heraldo de la Ciencia Cristiana: hemos sentido al Cristo, la Verdad, reuniendo a toda la familia humana en el abrazo de Dios, para regocijarnos en el amor de Dios por nosotros, en nuestro amor del uno por el otro, y en el poder sanador del Amor divino.
Cristo Jesús respondió al anhelo de la humanidad por tener esa reunión. Y hablando en nombre de su naturaleza divina como el Cristo eterno y siempre presente, Jesús hizo esta invitación: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
Un medio poderoso de transmitir la invitación de Cristo es a través de la familia de publicaciones periódicas establecidas por Mary Baker Eddy: The Christian Science Journal, el Sentinel, el Heraldo y el Monitor. Las mismas publican la Ciencia divina de Cristo, muestran cómo responde a las necesidades humanas con curación, proclaman la universalidad de su abrazo y difunden su inagotable actividad. (Véase el extracto del editorial de la Sra. Eddy “Algo en un nombre” en La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 353.)
Las personas, como algunos de ustedes, que han respondido a la invitación de Cristo Jesús y han experimentado el poder sanador del Cristo, han sido motivadas a extender la invitación del Cristo a otros escribiendo artículos y testimonios de curación para estas publicaciones. Nuestro amor por el Cristo, y por la familia universal de Dios, ha producido los nuevos cambios que usted ve en este número de El Heraldo. Dios está trabajando en cada uno de nosotros para llevar adelante la misión de curación universal de El Heraldo al participar en la reunión de la familia de Cristo. Piense en esto: “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” (2 Corintios 4:6).
Barbara Vining
redactora en jefe