Recuerdo muy bien el día en que nuestra familia se reunió junto al televisor para ver el lanzamiento de un cohete que transportaba al astronauta Alan Shepard a bordo de la nave espacial Freedom 7 del Proyecto Mercury. Eso ocurrió el 5 de mayo de 1961, y marcó el inicio de la carrera de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), para enviar a un hombre a la luna.
Contuvimos la respiración durante la cuenta regresiva, y nos llenamos de emoción cuando finalmente escuchamos a Shepard decir: “¡Todos los sistemas están en orden!”. Su corto, pero increíblemente valiente vuelo suborbital de 15 minutos lo lanzó directamente a los libros de historia como el primer estadounidense en el espacio.
Esa frase, “¡Todos los sistemas están en orden!”, me vino al pensamiento recientemente cuando un fuerte dolor de cabeza luchó por acaparar mi atención todo el día y luego amenazaba con darme una noche de insomnio. Decidí orar al respecto, y de todo corazón recurrí a la Mente única, para estar más consciente de la presencia de Dios y comprender Su cuidado constante por todos nosotros como Sus amados hijos.
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