Una mañana hace algunos años, desperté con dolor de cabeza. A pesar de que tenía mi agenda completa, decidí quedarme en casa y orar con una declaración de Mary Baker Eddy de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana” (pág. 494).
Elegí este pasaje porque me costaba mucho sentir que la declaración fuera verdadera. En particular, estaba preocupada por algunos miembros de mi familia que estaban luchando con problemas en los que aparentemente yo no podía serles de ayuda. Decidí buscar cada palabra de la declaración en un diccionario para obtener un entendimiento más profundo.
¡Solo llegué a la primera palabra que busqué y conseguí la respuesta que necesitaba! Descubrí que uno de los significados de la palabra divino es “directamente de Dios”. Percibí con claridad que el amor de Dios llega directamente a cada uno de nosotros. No tiene que venir a través de nadie más. Todos tenemos una relación directa e indestructible con Dios. Nadie puede interferir en ella, y no se necesita a nadie para estimularla o mejorarla. Cada uno de nosotros es inseparable del cuidado directo del Amor divino.
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