Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Original Web

El cuidado de Dios es universal y lo abarca todo

Del número de marzo de 2018 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 9 de enero de 2018 como original para la Web.


Recientemente, vi una foto en las noticias de una niña de escuela que vive en una zona de África donde hay una gran hambruna. Esa foto me conmovió el corazón. Quería orar por eso, y así lo hice, pero esa imagen, que tan claramente mostraba su necesidad, continuaba viniéndome al pensamiento, y no lograba encontrar consuelo en mis oraciones.

Cuando empecé a escuchar con detenimiento para recibir la respuesta, me vino este pensamiento: “Ella está Conmigo. Yo estoy cuidando de ella”. Sabía que ese mensaje venía de Dios, la Mente divina. Esta inspiración me ayudó a comprender tranquilamente, pero con firmeza, que esta jovencita tenía una relación inquebrantable con Dios, así como yo la tenía, como todos la tienen. De hecho, no estamos simplemente “con” Dios: Dios nos creó a cada uno de nosotros como Su propio reflejo espiritual, al que Él cuida y atesora. Todos estamos abrazados en el amor infinito de Dios, y podemos sentir ese amor sustentador de formas tangibles dondequiera que estemos.

Continué orando y confiando en que la sabiduría infinita de Dios está allá mismo, brindando Su cuidado práctico a todos aquellos que viven en esa parte del mundo, y en todos los otros rincones del globo también. Sé que la oración hace la diferencia. He visto esto en mi propia vida, de maneras muy significativas.

En una época, nos acabábamos de mudar a una casa a la ribera de un gran río. Un día llovió copiosamente y parecía inminente que habría una inundación. Realmente no sabíamos qué hacer, así que oramos en busca de respuestas. Entonces sucedieron algunas cosas inesperadas. Los vecinos nos ayudaron a conseguir un camión. Los socorristas de pronto se presentaron sin que nadie los llamara, y llenaron el camión con nuestras pertenencias. Un amigo nos ofreció un lugar donde quedarnos hasta que bajaran las aguas.

Aunque esta experiencia no amenazaba la vida, demostró que Dios proporcionó las ideas que nos trajeron exactamente lo que necesitábamos en ese momento y en esa situación. Yo sabía que era Dios porque Él es la fuente de todo el bien y comunica Su bondad, consuelo y guía a cada persona. Nadie puede estar separado de Dios, el Amor divino infinito que se expresa a Sí Mismo en nosotros. Y todos tenemos la habilidad intuitiva de escuchar atentamente y de oír esos mensajes que Dios nos manda, permitiéndonos de esa forma encontrar soluciones a nuestras necesidades, ya sean grandes o pequeñas.

Así que continúo sintiéndome agradecida cada día por el hecho espiritual de que el cuidado de Dios es universal y lo abarca todo. En su libro No y Sí, la fundadora del diario The Christian Science Monitor, Mary Baker Eddy, dice, al referirse a Dios como Amor divino: “Dios nos pondrá ‘mesa en el desierto’ y mostrará el poder del Amor” (pág. 9).

Los esfuerzos por proporcionar la ayuda necesaria a aquellos que se encuentran en regiones de gran hambruna, pueden incluir la oración. Y a medida que continúo orando, también sé que el amor sanador de Dios está aquí mismo —y allá mismo— cumpliendo con la promesa que escuché aquel día: “Ellos están Conmigo. Yo estoy cuidando de ellos”.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / marzo de 2018

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.