Durante muchos años me he sometido a exámenes físicos por una variedad de razones. Prácticamente en todos ellos me dijeron que tenía hipotiroidismo y que debía tratarse tomando una píldora diaria durante el resto de mi vida para compensar la deficiencia. Accedí a tomar la píldora y continué haciéndolo por un tiempo.
Sin embargo, esta nunca fue una decisión fácil. Mi comprensión de Dios como el Todo-en-todo y la única causa y creador, no dejaba de llevarme a rechazar la idea de que yo o cualquier persona necesitara tomar algún suplemento para estar completo. He estudiado la Biblia y la Ciencia Cristiana toda mi vida, y por ese estudio conocía y amaba el hecho de que el hombre es en verdad la idea perfecta de Dios, el Espíritu, y que Dios satisface todas las necesidades del hombre. Continué orando para encontrar dirección y guía acerca de la situación.
El momento decisivo llegó cuando leí un testimonio en el Christian Science Journal acerca de otro Científico Cristiano en una situación similar que tuvo una curación cuando se alejó de los métodos materiales para recurrir al Espíritu. Sentí que esta era la guía que había estado buscando.
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