Cuando alguien estudia matemáticas, sería lógico que aplicara las lecciones que está aprendiendo a los problemas de todos los días. Hasta un niño que acaba de aprender que 2+2=4 se siente entusiasmado al encontrar tantas oportunidades para demostrar este nuevo entendimiento. Decimos que en esto consiste poner en práctica lo que hemos aprendido. No quiere decir que estás practicando para ver si 2+2=4, o si la regla funciona para ti. Más bien, las reglas de las matemáticas por siempre en operación se ponen en práctica porque son útiles. Y la experiencia constante que adquirimos al demostrar esta idea profundiza nuestro entendimiento de que la regla es precisa.
Este mismo enfoque es necesario al aprender la Ciencia del Cristianismo, la Ciencia de vivir el amor y comprender la eterna presencia de la ley de Dios. Para comprender realmente esta Ciencia, es necesario recurrir a las reglas que extraemos de nuestro estudio de la Biblia y los escritos de Mary Baker Eddy, y ponerlas en práctica en la vida cotidiana.
Una clave para avanzar en esta Ciencia es tratar todo desde el contexto de nuestra propia práctica individual de la Ciencia Cristiana. Los practicistas, por definición, son personas que practican lo que saben y aplican constantemente el conocimiento que tienen. En cualquier campo de trabajo, el aplicar con regularidad las ideas estudiadas es un elemento clave de progreso. Ignorar los pequeños detalles por considerarlos insignificantes sería como no revisar con precisión tu cuenta bancaria cuando la cantidad es pequeña. Por otro lado, no ahondar en esta Ciencia divina porque parece demasiado difícil, es como atemorizarse y no hacer las cuentas porque la cantidad que entraña parece demasiado grande. Dar nuestro consentimiento para tener en cuenta la ley espiritual y los hechos espirituales en cada situación que enfrentamos es como estar dispuesto a aplicar las reglas matemáticas que conoces en cada instancia.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!