Apreciado lector:
Esta es la respuesta que recibimos de algunos de ustedes cuando, durante varios meses, publicamos preguntas para obtener sus puntos de vista sobre las páginas del Sentinel.
Más exactamente, las preguntas que llegaron planteaban: “¿Por qué necesitan nuestras opiniones, cuando pueden recurrir a la Mente divina para que los guíe?”.
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