Me encantan los himnos porque me ayudan a sentirme cerca de Dios. Cuando me siento cerca de Él, como que sé que Dios es bueno y que está conmigo.
Un día mi mamá me llevó a la pista de bicicletas, pero yo tenía miedo de bajar por las colinas llenas de baches. Decidí cantar el Himno N° 1 del Himnario de la Ciencia Cristiana. Dice así:
Enaltecido seas, Tú,
oh Dios de amor y de bondad;
henchido de Tu gloria está
el ancho y puro cielo azul.
Despliega pues, Señor, también
Tu gloria en suelo terrenal,
que sepa hoy y aquí el mortal
Tu santo imperio obedecer.
(Tate and Brady, trad. © CSBD)
Escogí este himno porque era el himno que mejor podía recordar cuando tenía miedo.
Después de cantarlo, no tenía temor, y no veía el momento de probar de nuevo los senderos llenos de baches. Empecé a andar, y pude hacerlo. ¡No me dio miedo!
Un día escribí mi propio himno. Lo llamé “¡Dios es bueno!” La letra dice:
¡Dios es bueno!
No lo escuchas con los oídos,
mas lo escuchas con tu corazón.
Él te quiere mucho,
así que escucha a Dios.
Hónralo con amor.
Cuando tengas miedo, recurre a Dios.
Si quieres escribir tu propio himno, puedes hacerlo. Lo único que necesitas hacer es pensar en lo bueno que es Dios y contar eso en tu himno. ¡Que te diviertas!
