A lo largo de los siglos, los grandes pensadores han aludido al poder del pensamiento. Pero quien mejor demostró el poder del pensamiento espiritualmente correcto fue Cristo Jesús. De hecho, lo que enseñó en su Sermón del Monte podría incluso considerarse una “clase magistral” sobre cómo pensar correctamente.
Por ejemplo, él dijo: “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:43-45). Esta es solo una forma en la que Jesús instruyó a la gente a arrepentirse, lo que significa pensar de manera diferente.
En su obra seminal, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, incluye esta frase en la primera página del Prefacio: “La hora de los pensadores ha llegado” (pág. vii). Ciertamente, este es un llamado a pensar correctamente; una manera de pensar que promueve la curación. Pero, por supuesto, encontramos que no todos los pensamientos son correctos. La Sra. Eddy aclara aún más esta importante distinción en Ciencia y Salud, cuando escribe: “¿Son los pensamientos divinos o humanos? Esa es la pregunta importante” (pág. 462).
Un buen lugar para comenzar a reconocer el pensamiento correcto y entender el poder de nuestro pensamiento y cómo utilizarlo es comprender primero dónde se origina el pensamiento. La Ciencia Cristiana enseña que Dios es Mente, y que hay un solo Dios, por lo que solo puede haber una Mente, la fuente de toda sabiduría e inteligencia.
Y debido a que la Mente infinita y divina nos creó a todos a Su imagen y conforme a Su semejanza como declara la Biblia (véase Génesis 1:26), entonces todos debemos ser verdaderamente una expresión de la Mente única, o Dios. Ciencia y Salud define a Dios como “el gran YO SOY; el que es todo-conocimiento, todo-visión, todo-acción, todo-sabiduría, todo-amor, y es eterno; Principio; Mente; Alma; Espíritu; Vida; Verdad; Amor; toda la sustancia; inteligencia” (pág. 587). Como descendencia de Dios, todos tenemos acceso a una manera de pensar buena y correcta.
Mi hija estaba lista para ser obediente a cualquier forma en que Dios la guiara.
Cristo Jesús vino a revelar el poder sanador y salvador de Dios, la Mente divina, que es totalmente buena. La Sra. Eddy explica: “En el sajón y en otras veinte lenguas, bien es el término para Dios. Las Escrituras declaran que todo lo que Dios hizo es bueno, como Él mismo, bueno en Principio y en idea. Por lo tanto, el universo espiritual es bueno y refleja a Dios como Él es” (Ciencia y Salud, pág. 286).
Jesús solo prestaba atención a la voz de Dios, y hablaba y actuaba solo como le indicaba la sabiduría infinita. Enseñó a sus seguidores a hacer lo mismo, para que ellos también pudieran confiar en el mismo poder espiritual en que él se apoyaba para sanar.
Hace unos años, debido al aumento de los alquileres, mi hija se encontró sin una opción viable para seguir viviendo en la ciudad donde acababa de comenzar un negocio. Parecía que no había respuesta que no pusiera en peligro su negocio o la hiciera pagar más por un apartamento de lo que podía pagar.
Sin embargo, como estudiantes de la Ciencia Cristiana, mi hija y yo estábamos convencidas de que no necesitábamos aceptar la visión limitada de que no había respuesta. El pensamiento correcto estaba a nuestro alcance, por lo que nos volvimos de todo corazón a Dios; no para pedir cosas materiales, sino para pedir que se le mostrara la mejor manera en que podía usar los talentos que Dios le había dado para establecer este negocio, el cual traía alegría a personas de todas las edades. En resumen, buscamos cambiar nuestra forma de pensar respecto a una situación que parecía no tener resolución, y alinearla con los pensamientos acerca de la bondad de Dios, que ciertamente bendecirían a todos.
Mi hija estaba lista para ser obediente a cualquier forma en que Dios la guiara, incluso si eso significaba trasladar su espacio vital y su negocio recién abierto a otro lugar.
Después de varias semanas de orar y esperar pacientemente para ser guiada, ella se enteró de que su casera se estaba mudando para estar más cerca de su familia, y le ofreció a mi hija su apartamento muy por debajo de la tasa del mercado. Era más grande y menos costoso que el apartamento en el que había estado viviendo e incluso tenía un jardín. El bien que resultó para todos fue una prueba clara de que cuando honramos a Dios como la Mente única y la fuente de todo el bien, Él revela más bendiciones de las que podríamos imaginar.
No importa qué tipo de limitaciones humanas o materiales se nos presenten, siempre podemos encontrar una respuesta de dirección, redención y curación a través del pensamiento correcto, a través del conocimiento de los pensamientos y las leyes de paz, abundancia, armonía y justicia de Dios. “Mantén tu pensamiento firmemente en lo perdurable, lo bueno y lo verdadero, y los traerás a tu experiencia en la proporción en que ocupen tus pensamientos” (Ciencia y Salud, pág. 261).
