“Sé tú mismo” es una frase que actualmente se aplica a menudo en los negocios, la psicología, las redes sociales y otras áreas. Sugiere que los individuos han desarrollado una fachada, desemejante a su individualidad natural. Del mismo modo, Shakespeare escribió: “Sé fiel a ti mismo”. Y continúa: “Y como la noche al día, no podrás ser falso con nadie”.
¿Cómo podemos encontrar esta verdadera individualidad? ¿Cuál es nuestra auténtica individualidad? Un diccionario define auténtico de la siguiente manera: “Tener un original o autoridad genuina, en oposición a lo que es falso, ficticio o falsificado” (Noah Webster, American Dictionary of the English Language, 1828).
La Ciencia Cristiana explica, además: “El yo genuino del hombre es reconocible sólo en lo que es bueno y verdadero. El hombre no es creado por sí mismo ni creado por los mortales. Dios creó al hombre” (Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 294). Cada uno de nosotros expresa su individualidad auténtica cuando refleja el original genuino —la fuente divina buena y verdadera de todos nosotros, Dios— y rechaza la visión opuesta o falsa.
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