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Original Web

Las oportunidades que Dios da son tuyas

Del número de mayo de 2023 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 16 de enero de 2023 como original para la Web.


A medida que nos relacionamos con las personas a diario, nos damos cuenta de que todos quieren ser felices, ver satisfechas sus necesidades prácticas y disfrutar al ver su propósito realizado. Todo el mundo quiere tener una vida segura y productiva. La humanidad aprecia su derecho —a menudo visto como un sueño esperado— de vivir la vida al máximo. Sin embargo, hoy en día muchas personas se sienten presionadas. En algunos casos están literalmente en una zona de guerra. En otros, debido a las limitaciones de salud, vivienda o educación, que a menudo parecen demasiado complejas y duraderas como para resolverlas. Y las reacciones a la desigualdad de oportunidades a menudo llevan a las personas a ponerse en rincones separados, listas para luchar con una variedad de opiniones y planes contrapuestos.

Como estudiante de la Ciencia Cristiana, he aprendido que la oportunidad de vivir libremente y progresar es el plan de Dios para cada hombre, mujer y niño. Dios es el único e infinitamente bueno Padre-Madre que nos ama a cada uno de nosotros y nos ha creado. Más que nunca, estos tiempos requieren una oración desinteresada para comprender que el bien es normal y demostrable para todos, y que no es imposible e idealista esperar que existan oportunidades para todos en el planeta.

La razón por la que universalmente valoramos las oportunidades es que cada uno de nosotros ha sido creado para expresar el “Principio divino, productor, gobernante”, como la Fundadora de esta revista, Mary Baker Eddy, describe a Dios en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras (pág. 81). El Principio divino no deja de crear oportunidades para que sus ideas sean productivas. 

Según Génesis 1 en la Biblia, Dios ha creado al hombre a Su semejanza, por lo que tiene sentido que ya incluyamos lo que sea necesario para progresar. Las soluciones aparecen cuando nuestro pensamiento se alinea con Dios, cuya ley divina es la que da todo el bien.

Antes de aceptar un trabajo, podemos investigar el carácter de la persona para la que estaríamos trabajando. Entonces, ¿no tendría sentido investigar la naturaleza de Dios si afirmamos que Dios es la causa de nuestro bien? Las cualidades y la naturaleza de Dios que enseña la Ciencia Cristiana —que Dios es la Mente o Espíritu infinitamente bueno y creativo, siempre presente, siempre actuando para amar y bendecir a cada idea creada— transforman nuestro pensamiento y experimentamos más de ese bien. 

Experimentamos bendiciones, adaptadas a nuestras propias necesidades, cuando discernimos la presencia de la Mente divina en todas partes. ¿Cómo? Cristo Jesús nos enseñó a conocer a Dios, y vivir y pensar sobre la base de este conocimiento cristiano que expande nuestra experiencia y puede sanar las dificultades físicas, así como las amenazas al propósito de la vida. Al dar a sus seguidores el Padre Nuestro (véase Mateo 6:9-13), Jesús los instruyó a orar a Dios como “Padre nuestro”, y estas palabras en la primera línea implica que el amor de Dios es universalmente inclusivo en lugar de limitado y reservado para unos pocos elegidos. 

En mi caso, cuando me di cuenta de que los intereses individuales, los talentos, la integridad, la inteligencia y el amor al bien son creados por Dios, comprendí y comencé a confiar en que la oportunidad y el progreso individual van de la mano. Me encontré pensando: ¿No sería natural y correcto que una Mente infinita y basada en el Principio, que proporciona todas las buenas cualidades que cada uno de nosotros tenemos, también brinde las oportunidades necesarias para expresar esas cualidades derivadas de Dios? ¡Por supuesto que sí!

He tratado de aplicar esta comprensión cuando oro por lo que necesita ser corregido, sanado o resuelto en mi propia vida, así como cuando oro por otros o por el mundo. Siempre podemos empezar a pensar partiendo de la naturaleza de un Dios bueno como la única causa de nuestro ser; partiendo de lo que el Amor divino mismo es y hace. Vale la pena reiterar que el Amor infinito no crearía a un individuo con la inteligencia para reconocer y desear el bien, sin brindar a su vez la oportunidad para que ese bien se manifieste en la práctica. 

Ciencia y Salud habla de este prometido resultado de la conexión sincera con Dios: “El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana” (pág. 494). Por el contrario, la noción de que pueda haber una oportunidad restringida no tiene principio, es ilegal y no es divina.   

Comprender que Dios ha creado a cada persona para prosperar niega el persistente desaliento y la desesperanza acerca de los desafíos mundiales, nacionales y comunitarios. La misma comprensión también eliminará la tendencia a apoyarse en recursos personales limitados, así como la sensación de estar restringidos cuando se trata de nuestro propósito en la vida.

He sido liberada de ese sentimiento restringido de varias maneras. Por ejemplo, amo la música en muchas formas desde mi infancia. Al orar para vivir mejor el amor de Dios, los pianos que no podía comprar me llegaron tres veces de increíbles maneras. En cada caso, las circunstancias dejaron claro que era el Amor divino el que respondía a las necesidades, dándome lo que tanto amaba, a través de lo cual también podía dar a los demás. Los ingresos necesarios para nuestra familia vinieron a través de las oportunidades musicales que se me ofrecieron, aunque no era músico profesional. Ver a Dios proveer no solo lo que deseamos, sino lo que amamos, es increíblemente reconfortante. 

En una ocasión, un puesto de profesora en una escuela secundaria era muy problemático. Aunque nuestra familia necesitaba el dinero, oré durante varios meses para escuchar la dirección de la Mente respecto a si renunciar era el camino correcto a seguir. Al dejar de lado persistentemente las motivaciones personales, finalmente obtuve la profunda confianza en que Dios naturalmente me brindaría la oportunidad correcta en el futuro. 

Esa semana me ofrecieron otro puesto. El único problema era que pagaba mucho menos que el trabajo que tenía, una seria preocupación para las finanzas de nuestra familia. Pero continué orando para reconocer que la Mente que gobierna todo con seguridad solo tenía un buen plan para mí y mi familia; Sentí profundamente que la provisión de Dios era más real que el temor a una oportunidad perdida o reducida. 

Me apoyé en un pasaje del libro de Isaías que he sentido muchas veces es la dirección específica para confiar en mi oración: “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda” (30:21).

Esa semana me ofrecieron un puesto musical los fines de semana que coincidía exactamente con la reducción monetaria del nuevo trabajo. En general, se me proporcionaron oportunidades para hacer lo que amaba y tener los fondos necesarios.

Comprender que es siempre el Amor divino —al gobernar con inteligencia a cada uno de nosotros— lo que nos brinda oportunidades únicas para expresar bondad afianza nuestra confianza. Somos creados para prosperar.

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