Una frase en el libro de los Salmos en la Biblia capta con cuanta frecuencia parecemos ver a los oponentes políticos hoy en día: “El hombre [o la mujer] que lleva a cabo sus intrigas” (Salmos 37:7, LBLA). ¡Uau!
Incluso si los candidatos opuestos representaran la amenaza existencial que tal vez pensemos que representan, el consejo del salmista que conduce a la observación anterior sigue vigente: “Confía callado en el Señor y espérale con paciencia; no te irrites a causa del que prospera en su camino, por el hombre que lleva a cabo sus intrigas”.
“No temer”, es no dejar que el temor reine en nosotros. Parece que tanto está en juego en las elecciones que temer lo que creemos que sería un resultado equivocado parece una respuesta racional. Sin embargo, mientras el miedo socava nuestro sentido de empoderamiento, al mirar más allá de los altibajos políticos diarios, percibimos que el único poder que ya está por siempre establecido y en operación, es imparcialmente benéfico y completamente incorruptible.
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